De Política y Cosas Peores / Empecinamiento

Cuando el señor llega a su casa encuentra llorando a su hijo. "¿Por qué lloras, Puericito?" -le pregunta-. "¡Es que mi mami ya no tiene alma!" -responde entre sollozos el inocente-. "¿Por qué dices eso?" -se asombra el señor-. "Cuando tú llegabas -le explica el pequeñín-, oí que dijo: 'Adiós, mi alma, y una sombra saltó por la ventana'"... En la puerta principal de una clínica de ginecología y obstetricia se leía este aviso: "Las señoras que vengan a consulta los lunes, miércoles y viernes, serán atendidas en el ala norte de la clínica. Las que vengan los martes, jueves y sábados, serán atendidas en el ala sur. Las señoras que vengan a dar a luz con urgencia, para ahorrar tiempo podrán aliviarse por ambos lados"... Un verbo no conoce el llamado subcomandante Marcos, y lo desconocen también sus corifeos y sus irreflexivos partidarios. Tal verbo es el verbo "negociar". Consiste su política en exigirlo todo, y en suspender el "diálogo" si sus demandas no son obsequiadas hasta la última iota. Eso es dogmatismo puro, radicalismo acérrimo, absolutista cerrazón. Sordos a lo que no sea su propio discurso, no oyen los zapatistas otra voz. Aferrados a la sinrazón, se niegan a escuchar otras razones. La democracia es para ellos palabra hueca, nimia preocupación de pequeños burgueses. Lo suyo es la violencia, la continua amenaza de las armas, y el empecinamiento en mantener al país como rehén, imagen para consumo de extranjeros. Debemos reprobar esa violencia, y no alabarla como forma de justicia o de idealismo. Con trabajos hemos llegado a una nueva etapa de la vida mexicana que se finca en la participación...

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