DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Dos sexenios

AutorCatón

El perico de la casa se subía a la barda del gallinero y animaba al gallo cuando éste cumplía su función con las gallinas. "¡Dale, Quiquí! -lo incitaba con su estridente voz-. ¡Sobre ella! ¡Dale duro!" El gallo no necesitaba de tales exhortaciones para hacer lo que debía hacer. Dice un mexicanísimo dicho: "¡Ay, quién tuviera la dicha del gallo, que nomás se le antoja y se monta a caballo!" Lo molestaban, pues, los gritos del pertinaz cotorro. Pero el loro insistía: "¡A ella, Quiquí! ¡Dale; dale duro!" Cierto día una súbita ráfaga de viento hizo que el perico cayera en medio de las gallinas. De inmediato el gallo fue hacia él con intención más que evidente. Temeroso le dijo el cotorro: "Despacito, Quiquí; despacito"... El papá de Pepito llegó de un viaje antes de lo esperado, y encontró a su hijo llorando lastimeramente. "¿Qué te sucede? -le preguntó solícito-. ¿Por qué lloras así?" Responde el niño entre sus lágrimas: "Es que mi mami se acaba de quedar sin alma". "No entiendo -se desconcertó el señor-. ¿Por qué dices que tu mamá se acaba de quedar sin alma, esa animula vagula, blandula -pequeña alma errante y dulce- que dijo el emperador Adriano en el momento de morir?" Explica Pepito: "Digo que se acaba de quedar sin alma porque en el momento en que llegaste alcancé a ver una sombra que saltó por la ventana de la recámara, y mi mamá le dijo: 'Adiós, mi alma'"... Doña María Moliner, esa mujer toda ciencia, toda sapiencia, toda paciencia, dice que el epigrama es una composición breve en que se expresa un pensamiento agudo y satírico. Y relaciona esa palabra con el verbo "zaherir". Le doy toda la razón a la ilustre lexicógrafa, aunque ya la tenía desde antes de que yo se la diera. El epigrama, afirmaba mi maestro de Periodismo don Cipriano Briones Puebla, llamado Tata Nicho, debe morder y arrancar el pedazo. Tal cualidad tiene el vitriólico epigrama debido a la prima Celia Rima y que hoy publico aquí. En él esa versificadora de ocasión hace en cuatro fulminantes versos de ocho sílabas el balance no de un sexenio, sino de dos: el de Vicente Fox y el de Felipe Calderón. Léanlo, mis cuatro lectores, al final de esta columnejilla. Pocos epigramas he visto tan lapidarios y mordientes como éste, que en una cuantas palabras resume 12 años de la vida pública de México. Por...

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