DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Descalabro

AutorCatón

Hoy narraré un suceso muy extraño que le aconteció a un presidente de México. Antes daré salida a una sucesión de inanes historietas. Si alguno de mis cuatro lectores no gusta de leer historietas inanes puede saltarse hasta donde dice: "Al presidente Adolfo López Mateos le sucedió en Iguala algo muy raro...", etcétera... Doña Moneta, mujer adinerada, casó con un hombre bastante menor que ella llamado Avidio. La víspera del desposorio le preguntó con inquietud: "¿Estás seguro de que no te casas conmigo nada más por mis millones?" "¡Por supuesto que no! -respondió con vehemencia el individuo-. ¿Cuántos tienes?"... El marqués de Calendas, senescente caballero, desposó a Guangolina, doncella que ya no lo era tanto. La noche de las nupcias el hidalgo le dio a conocer a su flamante esposa el cronograma a que se sujetarían sus relaciones conyugales. Le dijo: "Lo haremos al modo del marqués: una vez al mes". Replicó ella: "Señor marqués: no seáis tacaño. Adelantadme por lo menos medio año"... El reverendo Rocko Fages, pastor de la Iglesia de la Tercera Venida (no confundir con la Iglesia de la Tercera Avenida, que permite a sus feligreses el adulterio a condición de que lo cometan con alguien de la congregación), le dijo a su colega Amaz Ingrace: "Nuestra iglesia es bastante comprensiva. Pedimos a los fieles que cumplan los mandamientos, pero únicamente cinco, a escoger"... Doña Macalota sorprendió a su esposo don Chinguetas en trance de fornicación con la linda criadita de la casa. Le dijo con severidad a la muchacha: "Estás despedida. Y no esperes que te recomiende con mis amigas". "No se moleste, señora -replicó la muchacha-. El señor ya me ha recomendado con sus amigos"... Al presidente Adolfo López Mateos le sucedió en Iguala algo muy raro: le rompieron un jarro en la cabeza. Advierto, sin embargo, que acabo de cometer un error grave que ningún buen narrador debe cometer: empecé mi relato por el final. Debí haber dejado eso del jarro para lo último. O. Henry, gran cuentista, les reservaba siempre a sus lectores una sorpresa final, lo cual daba gran fuerza a sus historias. Yo incurrí en...

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