De política y cosas peores / Sin comprender

El cuento que descorre hoy el telón de esta columnejilla es del peor gusto. Si lo doy a los tórculos es sólo porque me sirve de adecuado prolegómeno a un comentario de política... Cierto norteamericano vino a México, y en los primeros días de su estancia vivió dos muy ingratas experiencias. La primera fue que comió chile, y a consecuencia de eso sufrió el efecto llamado "de campana": el chile le picó y le repicó, o sea que le causó una fuerte irritación tanto al entrar como al salir. La segunda experiencia fue aún peor: tuvo trato carnal con una maturranga callejera, y a resultas de ese acto de fornicio contrajo una infección venérea que lo hacía caminar con las patas abiertas y maldecir como poseso. Clamaba con gemebundo acento el lacerado gringo: "¡Mí no comprende México! ¡Tomo chilito y me arde culito! ¡Tomo culito y me arde chilito!"... Sin haber sufrido ninguno de esos dolorosos ajes puedo decir lo mismo: "Mí no comprende México". No entiendo a este país. El gobierno pone en el camino de la desaparición a ese asqueroso xiote, forúnculo o buba que se llama CNTE, y luego resucita a un cadáver llamado SME, que despedía ya tufo de hedentina. Eso me hace recordar a la burrita de la canción de don Ventura Romero, que daba dos pasos pa' delante y veinticuatro para atrás. Ya se verá que la "cooperativa" que ahora se inventa como regalo al líder de los electricistas será una nueva fuente de problemas. Vuelvo a decirlo: "Mí no comprende México"... Al terminar el trance de amor con el borrego la borreguita suspiró: "Se acabó la lana virgen"... Declaró Babalucas: "Hay tres clases de personas: las que saben contar y las que no"... Otro de Babalucas. Dijo el tonto roque: "Voy al funeral de todos mis amigos para que luego ellos vayan al mío"... Doña Panoplia de Altopedo, dama de buena sociedad, hizo su caminata matutina por el parque y luego se acomodó en una banca a descansar. En eso llegó Pepito con su perro, un can corriente cruzado con de la calle, y se sentó al lado de la empingorotada mujer. "Ruégote, niño -le pidió doña Panoplia de inmediato-, que te vayas a otra banca con tu perro. Por las pulgas, sabes". Le dijo Pepito a su gozque: "Vámonos de...

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