DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Cierre de año

AutorCatón

La lectura de esta columneja es hoy muy desaconsejable. Sucede que vienen aquí dos chascarrillos. Uno lleva por título "El Chiste Más Largo y Más Pelado del Año"; el otro se llama "El Chiste Más Corto y Más Pelado del Año". Ambos relatos constituyen tremendas badomías que no deberían ver la luz. Pero ya es tradición que el último día de diciembre aparezcan en este espacio los relatos de más subido color de todo el año, y hoy no podía ser una excepción. Así pues, a sabiendas de que su publicación merece sambenito, he aquí esas dos vitandas historietas. Va primero "El Chiste Más Largo y Más Pelado del Año"... Llegó un señor a cierto restorán a la hora de la cena. El mesero, diligente, le ofreció el menú, pero el cliente lo rechazó. Tomó los cubiertos que había sobre la mesa -cuchara, cuchillo y tenedor-, se los llevó a la nariz y los olfateó por un momento. Luego le dijo al sorprendido camarero: "En la comida sirvieron ustedes consomé de pollo, lomo de cerdo en salsa de manzanas, y de postre arroz con leche. Me gustaría cenar lo mismo". El mesero fue a la cocina y le dijo con enojo a la mujer encargada de lavar los platos y cubiertos: "-Por tu culpa acabo de pasar una vergüenza grande, Cuca. Vino un señor, y sólo con oler la cuchara, el cuchillo y el tenedor supo lo que servimos en la comida de hoy. Eso quiere decir que no estás lavando bien los cubiertos". "Claro que los estoy lavando bien -replicó ella-. Pero en fin, cuestión de lavarlos aún mejor". La noche siguiente llegó otra vez el cliente. El mesero, apurado, le presentó el menú ya abierto, pero igual el señor declinó verlo. Tomó de nueva cuenta los cubiertos, los olió y dijo luego con acento de seguridad: "En la comida de hoy hubo sopa de poro y papas, albóndigas en salsa de chipotle, y de postre duraznos en almíbar. Quiero eso mismo para mi cena". Ahí va a la cocina el camarero. "¡Cuca! -le reclamó airadamente a la mujer-. No hiciste caso de lo que te dije. Volvió a venir el señor ése; olió los cubiertos y supo lo que tuvimos en la comida del día, señal de que no estaban bien lavados. ¿Por qué no pones más cuidado?". Dijo ella, molesta: "Recordé lo que me dijiste, y lavé muy bien los cubiertos. Incluso usé dos detergentes. Pero mañana los lavaré aún mejor, por si regresa el cliente". Al siguiente día, con...

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