DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Calidad educativa

AutorCatón

En la cantina un hombre se jactaba: "Siempre hago gritar a mi mujer durante el sexo". Le preguntó alguien, interesado: "¿Cómo le haces?" Responde el individuo: "Le hablo por el celular y le digo que en ese momento estoy haciendo el sexo"... Doña Gorgolota pasaba todos los días frente a la tienda de mascotas. El perico que estaba en la puerta le gritaba: "¡Hey, señora!" Acudía ella, y el maldecido loro le decía: "Está usted muy fea". Cansada de ese abuso doña Gorgolota se quejó con el dueño de la tienda. En su presencia el hombre amenazó al cotorro: "Si le vuelves a decir a esta señora que está muy fea te torceré el pescuezo". Al día siguiente doña Gorgolota volvió a pasar. "¡Hey, señora!" -la llamó el perico. Se acercó ella y le preguntó, desafiante: "¿Sí?" Le dice el loro: "Usted ya sabe"... "Si me das un beso me convertiré en un guapo galán". Así le dijo en la cama el feo sapo a la muchacha. Ella lo besó y, en efecto, la fea criatura se convirtió en un hombre joven y apuesto. ¿No creíste la historia? Tampoco la creyeron los papás de la muchacha... Soy dueño de una riqueza grande: el camino. Juglar itinerante, mi casa es la legua. Me suele acontecer que en el curso de una misma semana estoy en Tijuana, en el Distrito Federal y en Mérida. Permítanme mis cuatro lectores que les diga lo que hice esta semana. El lunes y el martes estuve en Orizaba -el paraíso-, convocado por el señor alcalde de esa bellísima ciudad. El miércoles, atendiendo la invitación de una amiga muy querida, Diana Galindo, y de Armando Castilla hijo, hablé de mi quehacer de escribidor en el Centro Cultural que mantiene en Saltillo el periódico Vanguardia, casa mía durante muchos años. El jueves estuve en la Ciudad de México. Hoy viernes peroré en Monterrey. Y mañana sábado iré a Vallarta a hablar en el Congreso de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva. Me sucede que llego a los hoteles y el personal me pregunta con familiaridad: "¿Cómo te fue?". En cambio cuando llego a mi casa me preguntan: "¿Y de dónde nos visita el señor?". Al de los Cielos doy las gracias, pues me ha conservado hasta hoy día la salud y el entusiasmo que se necesitan para andar continuamente de aquí para allá y viceversa; para comer toda suerte de condumios sin que el...

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