DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / AMLO

AutorCatón

Doña Macalota compró en un bazar una lámpara de forma extraña. Al llegar a su casa la frotó para limpiarla, y de la lámpara salió un genio de Oriente. Le ofreció a la mujer: "Te concederé un deseo". Ella respondió: "Espera". Tomó el teléfono y llamó a su esposo, don Chinguetas. "No me preguntes nada -le dijo-. Solamente respóndeme: ¿a quién te quieres parecer, a Leonardo DiCaprio o a Brad Pitt?"... Rodney Dangerfield, el comediante norteamericano que nunca obtiene respeto, dijo una vez que su perro aprendió a suplicar viéndolo a él frente a la puerta de la recámara de su mujer. Lo mismo le sucedía a don Frustracio, el lacerado esposo de doña Frigidia. Esta señora, ya se sabe, es la mujer más fría del planeta. En cierta ocasión fue a La Antigua, en Guatemala, y el Volcán de Fuego se congeló por los siglos de los siglos. Hace unas noches el infeliz señor le pidió en el lecho a su gélida consorte el cumplimiento del débito conyugal. "¿Débito? -dijo ella-. A ti no te debo nada". Y así diciendo le volvió la espalda. "Pero, mujer -intentó don Frustracio argumentar-, la última vez que lo hicimos fue cuando se cumplió el 50 aniversario del film El Mago de Oz, y eso fue en 1989". "¿Y ya quieres otra vez? -clamó indignada la señora-. ¡Eres un erotómano, un sátiro, un verraco, un fauno, un verriondo, un maniático sexual!" "Con un calificativo tengo -se amohinó el esposo-. Y te exijo que cumplas tu papel de esposa, pues a mis años no puedo ser lo que en Estados Unidos llaman 'self-made man'". Ella, de mala gana, accedió finalmente a hacer esa dación. En el curso de las acciones doña Frigidia se dirigió de súbito a su esposo: "Y a propósito: he oído decir que muchos hombres gritan en el momento de la pasión sensual. Algunos hasta llegan a lanzar sonoros ululatos como los de Johnny Weissmuller en las películas de Tarzán. ¿Por qué tú nunca gritas?" Contestó don Frustracio: "Porque no quiero despertarte"... Decir "político camaleónico" es incurrir en datismo, batología, perisología, tautología, pleonasmo o redundancia. En efecto, el político por antonomasia es camaleónico: cambia según las circunstancias; se acomoda, como las veletas, a la mudanza de los vientos. Tomemos por ejemplo el caso prototípico de López Obrador. En la elección del 2006 su discurso fue violento, y eso asustó a las clases medias, que se le alejaron. Algunos ricos empresarios con quienes se alió en el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR