De Política y Cosas Peores/ Pelotón

AutorCatón

Con mucha severidad le dice el juez al muchacho: "Antes de que yo cumpla con mi deber, joven, ¿tiene usted algo qué decir? Si lo tiene, dígalo ahora, porque después será difícil que pueda usted hablar". "No, señor juez -responde el muchacho-. No tengo nada qué decir". "Muy bien -dice el juez-. Entonces, los declaro marido y mujer"... "¡Anda, Dorotea! - le ordena el marido a su señora-. ¡Saca una mesa y dos sillas a la banqueta!". "¿Para qué?" -pregunta ella muy extrañada-. "¿Ya no te acuerdas? -le dice alegremente el marido-. ¡Te prometí que el domingo te sacaría a comer!"... Cierto astuto ventrílocuo llega a la cantina de un pueblito. Se sienta en un banco de la barra, y en otro sienta a un perro que llevaba. "Me da una cerveza" -pide al cantinero-. Luego, volviéndose hacia el perro, le pregunta: "Y tú, ¿qué quieres?". "Creo que también me caería bien una cervecita -responde el perro-. Que esté bien helada, por favor". "¡Caramba! -exclama el cantinero sin dar crédito a lo que oye-. ¡Un perro que habla!". "Sí -responde el ventrílocuo como no dándole importancia a la cosa-. Batallé mucho para enseñarle, pero al fin lo conseguí". "Le doy 5 mil pesos por él" -propone ansiosamente el cantinero-. "No, -responde el ventrílocuo-. El animalito me quiere mucho, sufriría si lo vendiera". "Le doy 10 mil pesos" -aumenta su oferta el cantinero. "No, -vuelve a negarse el ventrílocuo-. Es muy poco". "Está bien -dice entonces el cantinero-. Le doy 50 mil pesos". El ventrílocuo hace como que vacila, y dice: "Bueno. Es suyo". El cantinero va a la caja fuerte y le entrega el dinero al individuo. Ya en la puerta el ventrílocuo se dirige al perro. "Adiós, querido amigo" -le...

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