Crea polémica remodelación de Rectoría
| Autor | Rogelio de la Rosa |
Renovarse o morir, esa no parece ser la cuestión, sino cómo hacerlo.
A raíz de que se dio a conocer la remodelación del edificio de la Torre de Rectoría de la UANL, inaugurada en 1961, se levantaron voces tanto para rechazar como para apoyar la propuesta.
Entre los primeros destaca el autor del proyecto arquitectónico, Luis Rafael Cervantes González, quien ganó el concurso para el diseño del edificio cuando aún era estudiante en la Facultad de Arquitectura de la UANL.
La remodelación de la Torre, que requerirá una inversión de 18 millones de pesos, contempla la utilización de paneles de aluminio para forrar la estructura de acero original.
De acuerdo con José Luis Martínez Cuéllar, director de Construcción y Mantenimiento de la UANL, los trabajos están contemplados para iniciar en estos días.
Actualmente ya fue remodelado el Departamento Escolar, ubicado al pie de la Torre, utilizando el concepto arquitectónico que se quiere aplicar en el resto del edificio.
"(La remodelación) la hacen por avaricia y por falta de cultura. El edificio pertenece a un momento y a un proceso histórico que produjo este tipo de arquitectura. Es el primer edificio completamente de acero aparente en Latinoamérica", dice Cervantes.
El también autor del edificio de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL agrega que en la construcción del inmueble participaron las principales empresas regiomontanas de ese tiempo, principalmente con la donación de materiales, como fue el caso de Fundidora que donó todo el acero.
"En si (el edificio) no es propiedad de la Universidad, es propiedad de toda la sociedad de Nuevo León; fue hecha con la ayuda de la industria regiomontana, creo que hay que respetar la memoria de esa gente", señala Cervantes.
El valor arquitectónico es otra razón para conservar el estilo original pues, de acuerdo con su autor, corresponde a la escuela funcionalista europea del Bauhaus.
Paulino Decanini Terán, presidente del Colegio de Arquitectos de Nuevo León sostiene que este edificio cumple todos los parámetros por los que un inmueble puede ser considerado de valor arquitectónico.
Esto es, no ha sido remodelado variando su imagen original, mantiene el uso original para el que fue diseñado y es representativo de una corriente arquitectónica definida, en este caso del Bauhaus.
"Este edificio en lo particular cumple con todos los cánones de la corriente del Bauhaus que es una corriente arquitectónica racionalista-funcionalista", menciona Decanini.
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