DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / En los viajes

AutorCatón

En una playa de moda Rosibel y Susiflor, chicas de buen parecer, aunque no de muy buen ser, veían a los atléticos mancebos que pasaban luciendo sus lacertosos cuerpos. Dijo en voz baja Susiflor señalando con admiración a uno: "¡Mira qué hombre! ¡Uno como ése me gustaría para alegrar mis noches!" Rosibel, con más experiencia de la vida, le recomendó: "No te fíes de las apariencias. Conozco a un tipo que vive en casa grande, con garage para cuatro coches, y no tiene más que una bicicletilla". (Nota: y para colmo a la hora de la hora se le desinfla siempre)... El tabernero del lugar encontró una tortuga en la trastienda de la cantina. No supo qué hacer con ella, y concibió una idea: haría entre sus clientes un concurso a ver quién bebía más en una semana. Al ganador le daría la tortuga como premio sorpresa. En efecto, se llevó a cabo el torneo, que fue ganado con facilidad por Empédocles Etílez, el borrachín del pueblo. Le entregó la tortuga, pues, en una caja. Al día siguiente le preguntó al temulento: "¿Te gustó el premio?" Respondió Etílez: "La carne de la torta estaba buena, pero el pan lo sentí bastante duro"... Una chica vio en la estación del Metro una báscula de monedas, y fue a pesarse en ella. Sorprendida por lo que marcaba la aguja se quitó los zapatos y echó otra moneda. No quedó satisfecha, de modo que se quitó el saquito que llevaba y depositó una moneda más. Al parecer tampoco la satisfizo lo que la báscula indicaba. Se quitó entonces el suéter y echó otra moneda. En eso se le acercó un señor y le dijo: "No se detenga, señorita. Aquí traigo más monedas"... El joven recién casado estuvo un mes ausente del nido de amor por motivos de trabajo. Al regresar, tan pronto llegó al aeropuerto le pidió a su mujercita, que había ido por él en su automóvil, que se dirigiera a toda velocidad a casa a hacer lo que el marido y la mujer hacen en casa. "¡Por Dios, Vehemencio! -le dijo con sentimiento la muchacha-. Llevamos un mes sin vernos, y cuando nos encontramos lo único que se te ocurre es pedir sexo. Ni siquiera me preguntaste cómo he estado". "Tienes razón...

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