DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / La sicalipsis

AutorCatón

Hoy debería aparecer aquí "El Chiste más Pelado del Año". Logré reunir, sin embargo, cinco cuentos -¡sí, cinco!- que merecen ese penoso calificativo. Por lo tanto en este espacio aparecen hoy "Los Cinco Chistes más Pelados del Año". Léanlos mis cuatro lectores, y luego determinen cuál de ellos se lleva la medalla de oro en peladez, o si todos por igual deben ser considerados el último grado de la sicalipsis. Empieza, pues, la breve antología del humor extremo... 1. Dos rudos vaqueros cabalgaban por las extensas llanuras del Salvaje Oeste. Llevaban ya varias semanas de camino, de modo que las urgencias de la carne los atosigaban, y el pueblo más cercano estaba lejos aún. De pronto vieron a una vaquita joven que había metido la cabeza entre los travesaños de una cerca, y no la podía sacar. "Yo ya no aguanto más" -declaró uno de los jinetes a la vista de la indefensa res. Y así diciendo desmontó y procedió a efectuar en ella lo que los clérigos latinos llamaban "coitus cum bruto" o "peccata bestialitatis", culpable acción que los confesores atemperaban con un pragmático razonamiento de escolásticos: "Rustici non raro aestimant bestialitatem minus peccatum quam fornicationem vel adulterium". "Con no poca frecuencia los campesinos consideran a la bestialidad un pecado menor que la fornicación o el adulterio". Advierto, sin embargo, que me estoy apartando del relato. Vuelvo a él. Consumado que hubo su indebida acción el vaquero le dijo a su amigo: "Ahora te toca a ti". Descabalgó el otro y metió la cabeza entre los travesaños de la cerca... 2. Aquel señor era agente viajero, y estaba en su casa únicamente los fines de semana. Llegó el viernes por la noche y de inmediato fue con su esposa a la recámara. Estaban haciendo lo que estaban haciendo cuando el pequeño hijo de la pareja, que suponían ya dormido, entró en la alcoba. "¿Qué hacen?" -les preguntó, intrigado. El señor acertó a responder: "Le estoy poniendo una semillita a tu mamá, para hacerte un hermanito". Con tal explicación el pequeño se dio por satisfecho. No obstante, cuando el viajero regresó el siguiente viernes, el chiquitín le dijo: "Creo, papi, que mi hermanito...

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