DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Reforma agraria

AutorCatón

La señora se presentó ante el juez de lo familiar. Llevaba ya 40 años de casada, le dijo, y quería divorciarse de su esposo. Añadió: "Tengo una causa gorral". "Querrá usted decir una causal" -la corrigió el juzgador. "No, señor juez -repitió ella-. Una causa gorral". El letrado se desconcertó. "No recuerdo -dijo a la mujer- que el Código Civil contenga esa palabra. Ciertamente no es término jurídico". "Sí, su señoría -insistió la señora-. Causa gorral. El caborón de mi marido ya me tiene hasta el gorro"... El indignado caballero protestó muy ofendido al registrarse con su pareja en el hotel: "¡Por supuesto que somos marido y mujer, señor mío! ¡Ella es la esposa del señor Cornato, y yo soy el marido de la señora Frigider!"... La famosa actriz de telenovelas fue a confesarse con el padre Arsilio. Le dijo: "Me acuso, padre, de que mi productor me llevó a su departamento". "¿Y luego?" -preguntó el buen sacerdote. "Me ofreció una copa". "¿Y luego?" "Empezó a abrazarme y a besarme". "¿Y luego?" "Me llevó a la recámara". "¿Y luego?" "Me pidió que me quitara la ropa". "¿Y luego? ¿Y luego?" -preguntó ya impaciente el padre Arsilio. Respondió la actriz de telenovelas poniéndose en pie para retirarse: "Continuará en la próxima confesión"... Babalucas llegó presuroso a un restorán y ocupó la primera mesa que miró vacía. Acudió rápidamente el mesero. (Nadie olvide que éste es un cuento). Dijo: "A sus órdenes, señor". "Estoy de prisa -le indicó Babalucas-. Tráeme la cuenta"... Se casó Dulcilí, muchacha ingenua, con Afrodisio, individuo diestro en toda suerte de concupiscencias. Al empezar las acciones tendientes a consumar el matrimonio Dulcilí le pidió a su ardiente amador: "Te suplico, Afrodisio, que seas delicado. Recuerda que tengo débil el corazón". "No te preocupes, amor mío -respondió acezante el anheloso tipo-. No llegaré hasta ahí"... Alguna vez se hará el balance real de los daños y beneficios que la reforma agraria trajo a México. Las buenas intenciones causan a veces daños graves. La verdad es que la hacienda mexicana era una entidad altamente productiva. Si bien hubo algunos terratenientes malos, la generalidad de los hacendados eran hombres paternalistas que cuidaban de sus trabajadores, siquiera fuese por el interés de seguir contando con su mano de obra. Con el reparto de las tierras y la creación del ejido se vino abajo aquel eficiente sistema de producción, y el campo terminó por ser improductivo. El actual éxodo de campesinos a las...

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