DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Peña Nieto salió airoso

AutorCatón

Temprano en la mañana don Cornulio recibió la visita de un amigo a quien hacía mucho tiempo no veía. Le dijo: "Debo ir a trabajar, pero regresaré en la tarde. Espérame aquí, y siéntete como en tu casa". Cuando volvió don Cornulio halló a su mujer yogando con el visitante en el lecho conyugal. "¡Malnacido! -le dijo al hombre en paroxismo fúrico-. ¿Así pagas, ingrato, la generosa hospitalidad que te brindé?" Intervino la señora: "Pero, Cornulio, tú mismo le dijiste que se sintiera como en su casa". (Nota: además el bribón se había comido unos tamales que don Cornulio guardaba para la cena. Eso fue lo que más le dolió al pobre)... La maestra preguntó: "Si hay cinco moscas en la mesa, y con un matamoscas mato una, ¿cuántas moscas quedan?" Contestó Juanito: "Cuatro". Contestó Rosilita: "Queda una: la muerta. Las otras cuatro vuelan". (Eso se llama lógica femenina, fincada más en la realidad que en la abstracción)... En la estación del tren un letrero advertía: "Prohibido entrar al andén con perros". Un sujeto entró llevando consigo un feroz león. Cuando los guardias le ordenaron salir el tipo alegó: "El letrero se refiere sólo a perros". (Eso se llama lógica masculina, fincada más en la abstracción que en la realidad)... Capronio, sujeto ruin y desconsiderado, asistió a una conferencia con su esposa y su suegra. El disertante dijo: "Para que haya belleza tiene que haber fealdad". Le comentó Capronio a su mamá política: "¡Mire, suegra! ¡Después de todo, el mundo la necesita!"... Sobrio fue el acto en que el presidente Peña Nieto dio su mensaje a la nación con motivo de su Segundo Informe de Gobierno. Lo dijo en un ambiente protegido en el que nada ingrato podía suceder. Lo dijo con prestancia, seguro de sí mismo y de lo que ha hecho. Evitó, sin embargo, proyectar una imagen triunfalista, tentación en la que bien pudo haber caído después de su buen éxito con las reformas. Se mostró agradecido con quienes lo ayudaron a sacar adelante tales cambios. Lo mostró con aplausos que en ocasiones él mismo iniciaba y que el público seguía. Nadie podrá negar que el Presidente tiene oficio político. El primer aplauso -éste no promovido por él- se lo llevó tan...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR