DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / ¿Cuándo llegará el día?

AutorCatón

Un salaz individuo y una mujer ardiente aprovecharon las sombras de la noche para hacer el amor entre los arbustos de una plaza pública. Entregados estaban a los urentes deliquios de aquel ilícito himeneo -y meneo- cuando los sorprendió un gendarme. "-¿Qué hacen?" -les preguntó, severo. La mujer, sin quitarse de donde estaba, sacó una navaja y esgrimiéndola ante el policía le espetó con violencia: "-¡Vaya usted a tiznar a su madre!". "-Quedan ustedes detenidos" -dijo el guardia. "-¿Por qué?" -preguntaron al unísono el hombre y la mujer sin abandonar la posición en que se hallaban. Respondió el policía: "-Usted, señora, por traer un arma ofensiva en su persona. Y usted, caballero, por traer una persona ofensiva en su arma"... El dueño de una rosticería vio en la puerta de su establecimiento a un lindo pollito. Con sus plumitas amarillas y sus patitas y su piquito de color de rosa parecía recién salido del cascarón. "-¿Qué quieres, lindo pollito?" -le preguntó con ternura. Respondió el pollito: "-Estoy esperando a que mi mamá termine de pasearse en la rueda de la fortuna"... Ante el juez compareció una mujer con el hombre a quien acusaba de haberla violado. "-Dígame qué le hizo este hombre" -ordenó el letrado. Empezó a narrar ella: "-Primero me encerró en un cuarto". "-Privación ilegal de la libertad -anotó el juez-. Cinco años de prisión". "-Luego -prosiguió la mujer- me dijo que si no me entregaba a él me mataría". "-Amenazas -apuntó el juez-. Diez años de prisión". "-Luego -continuó ella- se desvistió y me arrancó a pedazos la ropa". "-Ataques a la moral y daños en propiedad ajena -escribió el juez-. Quince años de cárcel". "-A continuación -siguió la acusadora- abusó de mí". "-Violación -apuntó el juez-. Treinta años tras las rejas". Enseguida, dirigiéndose a la mujer, le dijo: "-Supongo desde luego, señora, que usted gritó, se defendió, opuso una vigorosa resistencia". "-La verdad, no, señor juez" -manifestó, apenada, la mujer. "-¿Ah, no? -frunció el entrecejo su señoría-. ¿Por qué no?". "-Bueno -vaciló ella-. En primer lugar conozco algo al señor; es mi vecino. Luego, ya era un poco tarde. No quise molestar a los vecinos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR