DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Mausoleos

AutorCatón

Se celebró en el pueblo un baile de disfraces, y Babalucas acudió prácticamente en peletier, o sea en cueros. Llevaba sólo una breve pampanilla que alcanzaba apenas a cubrirle las pudendas partes. "¿Qué significa esto, señor mío?" -le preguntó en la puerta don Sinople, el presidente del casino, quien por haber leído en la preparatoria El secreto del bien y del mal, de don José Romano Muñoz, se sentía obligado a indagar el significado de las cosas. "Es mi disfraz" -respondió con firmeza Babalucas. "¿Ah sí? -frunció las cejas y otras partes don Sinople-. No puede usted entrar así. Su disfraz es demasiado corto. ¿De qué viene usted disfrazado?" Respondió muy ufano Babalucas: "De la crisis económica de México". "Ya entiendo -replicó el señor-. En ese caso tampoco puede entrar. Su disfraz es demasiado largo". Este cuentecillo ilustra la idea contenida en el vocablo "parajoda", ciertamente no admitido por la Academia de la Lengua. La parajoda es algo mucho más paradójico que la simple paradoja. La paradoja es mera figura retórica; en cambio con la parajoda hay que joderse, si me es permitida la expresión. Digamos que la parajoda es el extremo más extremado y extremista de la paradoja. Pondré un ejemplo. En México -paradójico país abundoso en parajodas- quienes se ostentan como revolucionarios son en verdad profundamente reaccionarios. Pongamos por caso a López Obrador. Se presenta como el gran renovador de la vida nacional, como la única esperanza que hay de cambio, pero en cuestiones como los derechos de la mujer y de los homosexuales, o de la legalización de las drogas, se muestra más conservador que el más reaccionario miembro del Yunque, más rígido que el más episcopal de los obispos. Igual sucede con el PRD. Supuesto abanderado de las transformaciones económicas, sociales y políticas, cuando se trata de hacer el cambio más leve a la herencia de "los gobiernos emanados de la Revolución" -o sea del PRI- los perredistas ponen el grito, si no en el cielo, por cosas de su ideología, sí en la tierra y en todo lugar. Esgrimen la bandera del nacionalismo, y amenazan -lo mismo que AMLO- con salir a la calle, que es precisamente donde estamos por causa de la nociva preservación de un statu quo hace de los mexicanos perpetuos...

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