DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / ¡Ya ganamos!

AutorCatón

En la parte inferior -muy inferior- de esta columnejilla viene El Chiste Más Pelado en lo que Va del Año. Ese cuento roza en verdad el último extremo de la sicalipsis. Lo leyó doña Tebaida Tridua, presidenta ad vitam interina de la Pía Sociedad de Sociedades Pías, y sufrió un accidente de constipación que le duró seis meses. Su médico de cabecera le administró dosis caballunas de aceite de cherva, pero ni así recobró la ilustre dama el gobierno de su estómago. El facultativo, entonces, hizo que doña Tebaida comiera todos los días una docena de piescos verdes, infalibles para inducir a carrerillas. Tampoco el tal remedio funcionó. Durante medio año padeció la desdichada señora esa penosísima astricción. Las personas con tendencias a la estiptiquez deben abstenerse por lo tanto de leer dicho vitando chascarrillo, y ni siquiera posar en él los ojos. Antes de narrarlo pondré aquí algunos cuentecillos lenes y un brevísimo comentario de política... Pepito fue con el dentista. El odontólogo esgrimió su taladro y se dispuso a trabajar en la caries que el chiquillo presentaba en una muela. En el momento en que iba a taladrar sintió que el niño lo tomaba por los testes, dídimos o compañones. Con ominosa voz le dijo Pepito al estupefacto -y asustado- médico: "¿Verdad, doctor, que no nos vamos a lastimar?"... Pirulina vio el atributo varonil de Meñico Maldotado y le comentó: "Me hace pensar en un billete de 10 mil pesos". "¿Por valioso?" -preguntó Meñico. "No -respondió Pirulina-. Por difícil de encontrar"... La tremenda derrota sufrida ayer por España en la Copa del Mundo acentuará en los españoles el deseo de dejar de ser monárquicos y volverse republicanos, a ver si así mejora su futbol. Los mexicanos, en cambio, podemos dejar que en México las cosas sigan como van, al fin que ya ganamos un partido... Viene ahora El Chiste Más Pelado en lo que Va del Año. Quienes tengan escrúpulos morales deben suspender aquí mismo la lectura... Una monjita vestida con el hábito gris de las Velinas subió a un taxi. El taxista notó que la religiosa tenía garboso cuerpo y agraciado rostro. Un insano deseo de fornicio lo poseyó en el acto. En vez de llevar a la...

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