De política y cosas peores / Zócalo degradado

Dulcilí, joven soltera, le dijo a su mamá: "Estoy embarazada, y tú tienes la culpa". "¿Yo? -se azoró la señora-. ¿Cómo puedes decir eso? Muchas veces te hablé del acto de la procreación; te lo describí detalladamente; te hablé de sus posibles consecuencias y de la manera de evitarlas. Incluso te compré libros que tratan de ese acto". "Sí -reconoció Dulcilí-. Pero no me enseñaste otras habilidades para sustituirlo"... Avaricio Cenaoscuras, hombre cicatero, estaba leyendo el periódico (todos los días se lo pedía al vecino). Le dijo a su mujer: "¿Sabías que en los países subdesarrollados la alimentación diaria de un niño cuesta un dólar?" "Increíble" -comentó la señora. Preguntó Avaricio: "¿Qué te parece si mandamos a los niños a algún país subdesarrollado?"... Doña Macalota, esposa de don Chinguetas, sufrió una grave intervención quirúrgica, y durante varios días tuvo que ser alimentada por vía rectal. Cierta mañana su marido fue a visitarla, y se sorprendió al verla moverse en la cama con singulares ondulaciones de cadera, cual si estuviera bailando zumba, mambo, salsa, lambada, hip-hop, soca, merengue, samba o chachachá. Le preguntó asombrado: "¿Qué haces, mujer, moviéndote en tal forma?" Respondió ella sin dejar de menear el caderamen: "Estoy mascando chicle"... Lo que en imagen pudo haber ganado Peña Nieto con su mensaje a la nación lo perdió por el indebido uso que se hizo del Zócalo como estacionamiento. Es increíble la forma en que la torpeza de algún empleado de ínfima categoría puede dañar al más elevado superior. El Zócalo es el corazón de la República. Es sitio profundamente mexicano, entrañablemente popular. No es propiedad de los políticos ni de sus chalanes: pertenece al pueblo. Sirve lo mismo para el Grito que para el grito; en él se oye tanto la mentada de madre como el Himno Nacional, igual la palabra de iracundia que la armonía del canto. Haber usado ese lugar de historia como estacionamiento para coches fue degradarlo, necia acción que demuestra al mismo tiempo la escasa...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR