De política y cosas peores / Concordia

Pepito le dijo en la mesa a su mamá: "Guerra en Siria. Hambre en África. Desempleo en Europa. Crisis financiera en Estados Unidos. En nuestro país la economía parada; la Ciudad de México sitiada por la CNTE; violencia e inseguridad en todas partes; pobreza en la mitad de la población... ¿y a ti te preocupa que yo no me coma el brócoli?"... Libidiano Pitonier, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, le dijo a la curvilínea enfermera: "Me gustaría sufrir un accidente, para que me atendiera usted". Le respondió ella: "Tendría que ser un accidente muy especial. Soy partera"... En esta columna han aparecido cuentos de tan subido color que harían ruborizar a un diputado. Doña Tebaida Tridua, celadora de las buenas costumbres (¡cómo me gustaría ser celador de las malas!), declaró en cierta ocasión a la prensa que dichos cuentos "constituyen la mayor aportación a la decadencia de la moral desde la invención del traje de baño de dos piezas". No dejo de reconocer que en ocasiones mis relatos se pasan un tantico de la raya, pero son en verdad inanes historietas rosas si se les compara con lo que actualmente se ve y oye en la televisión. El chiste que estoy preparando para su publicación, sin embargo, excede todos los límites de la moralidad. El Aretino y Rabelais se avergonzarían de él, lo mismo que Sir Richard Burton -el de Isabel, no el de Elizabeth-, Nicolas Venette, William Manchester y otros celebrados coleccionistas de narraciones sicalípticas. ¿Cuál es el nombre del cuento que me propongo dar a la luz pública? Tiene un extraño título inquietante: se llama "Blaser R8". Diré mañana por qué se llama así... Si el buen Dios hubiera sabido que en su nombre los humanos se perseguirían y matarían los unos a los otros, seguramente habría decidido no darse a conocer a ellos, y permanecer en un discreto anonimato. La semana pasada viajé a Chiapas. Estado muy rico es ése; estado muy pobre es ése. Su naturaleza es feraz; incontables son sus bellezas y atractivos, y aun así muchos de los habitantes de ese paraíso viven en el atraso y la pobreza, atados a formas de vida ancestrales que pueden ser muy bellas y valiosas...

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