De política y cosas peores / Afuera el fuero

AutorCatón

Un señor de edad madura llegó a una farmacia y le pidió al encargado un frasco de Sex-Lax. El farmacéutico sonrió y corrigió al añoso caballero: "Querrá usted decir Ex-Lax. Es un laxante". "No -insistió el cliente-. Quiero Sex-Lax. Con las salidas no tengo problemas. Los tengo con las entradas". (No le entendí)... Libidiano Pitongo, hombre proclive a la lubricidad y la libídine, fue a una clínica a que le hicieran un examen médico. Lo atendió una guapísima doctora de esculturales formas. Luego de pedirle que se desvistiera le puso la mano en la garganta y le ordenó. "Diga 33". Dijo Libidinosa: "33". La doctora le puso la mano en el corazón y le pidió: "Diga 33". Repitió Libidiano: "33". Luego la bella profesionista le puso la mano en el abdomen y reiteró la orden: "Diga 33". Volvió a decir Pitongo: "33". Finalmente la hermosa médica le puso a Libidiano la mano en las partes pudendas y le volvió a ordenar: "Diga 33". Empezó él: "Uno... Dos... Tres..."... Astatrasio Garrajarra, ebrio con su itinerario, llegó a su casa midiendo paredes, o sea deteniéndose en ellas para no caer. Su esposa lo recibió con acritud. Le dijo hecha una furia, los brazos en jarras y el semblante descompuesto: "¡Son las cinco de la mañana!" "¿Ah, sí? -se interesa Garrajara-. Y ¿cuál es la temperatura?"... En el restorán se quejó el cliente: "¡Camarero! ¡Hay una mosca en mi sopa!" Respondió el tipo: "¡Vaya que esa mosca sabe lo que es una buena sopa!"... Casó Simpliciano, joven inocente, con Pirulina, muchacha con mucha ciencia de la vida. Cuando entraron en la habitación del hotel donde pasarían la noche de bodas Simpliciano se dio cuenta de que no había televisor en el cuarto. Le dijo a Pirulina: "Voy a pedir que nos envíen uno". "Pero, Simpli -objetó ella-. ¿Para qué queremos un televisor en nuestra noche de bodas?" "Mi vida -contesta el cándido mancebo-. En algo tenemos que entretenernos"... Una ingenua estudiante del conservatorio le contó muy llorosa a su mamá: "Tú me dijiste que la música amansa a las fieras, mami, pero ni siquiera había acabado de sacar mi violín del estuche cuando Afrodisio ya estaba encima de mí"... La señorita Himenia Camafría tenía un canario, y se le murió. Pesarosa le contó a su vecina: "Se me murió...

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