DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Otro error

AutorCatón

Facilda Lasestas era mujer de vida alegre. Desde joven empezó a deslizarse por la pendiente que lleva a la pérdida de la virtud. Andaba con Pedro, Juan y varios. Y los varios eran muchos: la suma de los apellidos de los hombres con quienes tuvo tratos de fornicio equivalía aproximadamente a la mitad de los que contiene el directorio telefónico. Y me refiero al de la Ciudad de México. La flexibilidad de cuerpo que adquirió en esos menesteres de colchón le permitió encontrar trabajo en un table dance, y luego se convirtió en call girl. Le fue muy bien, debo decirlo. Ganaba lo que quería. Su vida era de lujos y placeres: vestía ropa de marca; tenía coche de último modelo; era dueña de un departamento muy mono en el sector más exclusivo de la ciudad. Cierto día fue enviada por su agencia al cuarto de hotel de un sujeto llegado de provincia. Grande fue su sorpresa al darse cuenta de que el hombre era conocido suyo: provenía del mismo pueblo de donde ella era originaria. "¡Pero, Facilda! -exclamó el tipo, asombrado-. ¿Eres tú?" "La misma que se desviste y se descalza -respondió ella, recuperada ya de la sorpresa-. Aquí me tienes para lo que gustes mandar. O que te mande, si es que quieres que la haga de dominatrix". (Bien se ve que Facilda conocía todos los temas y variaciones del erotismo). "No puedo creer que andes en esto -dijo con voz severa el visitante-. Conozco a tu familia. Tu hermana Pudenciana es religiosa en la Congregación de Santa Escolanía. Tu otra hermana, Filástica, es profesora de educación primaria. Menegilda, tu hermana menor, es dependienta en Los Picos de Europa, tienda de abarrotes. ¿Y tú? ¿Cómo fue que llegaste a ser lo que eres?" "No sé a qué atribuirlo -respondió Facilda con sinceridad-. Posiblemente se debió a mi buena suerte"... Le comentó Pepito a su papá: "Te veo preocupado". Respondió el señor: "Es que tengo problemas de más". "¡Uh! -exclamó Pepito desdeñoso-. Y espera a que llegues a los de menos, a los de por y a los de entre. ¡Ésos sí que son difíciles!"... Don Geroncio, señor octogenario, fue a la consulta del doctor Ken Hosanna, reconocido médico. El...

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