De Política y Cosas Peores / Llamada de larga distancia

AutorCatón

La muchacha subió al autobús en el que haría un largo viaje, y se dio cuenta de que no había asiento para ella. Se resignaba ya con tristeza a hacer de pie el recorrido cuando un ancianito se levantó y caballerosamente le dijo: "Señorita, permítame usted cederle mi asiento". Con un suspiro de alivio la muchacha ocupó el lugar del señor, e hizo cómodamente el viaje. Cuando el autobús llegó a su destino, le dice la muchacha al veterano: "No tengo con qué pagarle lo que usted hizo por mí, señor". Responde el viejecito: "Tú sí tienes con qué pagarme, linda. El que no tiene con qué cobrarte soy yo"... El brujo estaba trajinando con sus calaveras, sus peroles humeantes, su lechuza y sus yerbas cuando un feo sapo se detuvo en la puerta. "Es el lechero -le dice el brujo con tono de rencor a su mujer-. A pesar de mi venganza insiste todavía en visitarte"... La pareja de recién casados iba a salir al día siguiente a su viaje de luna de miel. Pasaron, pues, la noche en un hotel de la ciudad. Él vistió su elegante pijama, y ella su vaporoso negligé. Después de apagar la luz, con lo que se hizo una romántica penumbra, se metieron a la cama. Se vuelve él hacia ella y la toma delicadamente en sus brazos. Ella se deja atraer. Pero en ese momento se oye un rechinido. Exclama la muchacha con disgusto: "¡Caramba! ¡No hay una sola cama que no rechine en todo este hotel!"... La anciana madre con aspecto de Sara García estaba tejiendo un chalecito cuando alguien llamó a la puerta. Fue a abrir y vio ahí a su hija, una muchacha espectacular, pintada como coche, con zapatos de cintas al tobillo, tacón dorado, medias de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR