DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Pericos migrantes

AutorCatón

Una pareja hacía el amor en la recámara con el televisor encendido. Apareció de pronto en la pantalla el encargado de dar los pronósticos del tiempo. "¡Dios santo! -exclama llena de alarma la señora al tiempo que se cubría apresuradamente con la sábana-. ¡Mi marido!"... El encargado de la juguetería le dice al papá que buscaba un regalo para su hijo: "Este juguete está especialmente diseñado para enseñar a los niños de hoy a adaptarse al mundo moderno. Sea cual sea la forma en que se arme, no funciona"... Los inmigrantes mexicanos, ya se sabe, no son bien recibidos en el país del norte. Se les acosa y hostiliza; son objeto de inhumana discriminación. En estados como Arizona hay gente que se dice cristiana, y sin embargo siente por los "hispanos" un odio semejante al que sentían antes los sureños blancos por las mujeres y hombres de origen africano. Sin embargo, en algunas ciudades fronterizas de Estados Unidos, sobre todo las que tienen vecindad con el noreste mexicano, hay indocumentados mexicanos que reciben una jubilosa bienvenida, y cuya estancia ahí se mira con agrado. A Brownsville, Texas, por ejemplo, han llegado entre mil y 20 mil de esos migrantes, y son ahora motivo de orgullo para esa ciudad texana. Se trata de loros que se han avecindado ahí procedentes de México, y que alegran con sus colores y su parloteo los jardines y parques de la población. Los especialistas consideran que esas aves buscaron asilo en la ciudad y sus contornos como resultado de la sistemática destrucción de su hábitat en México, o que son descendientes de los loros cuya captura y comercio ilegal han sido cosa común en nuestro país desde hace muchos años. Es una pena que hasta las aves estén emigrando de México. No hemos aprendido todavía a...

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