La poesía está en la calle

AutorStaff

A "Ewor" no le toma ni 20 segundos instalarse en el escenario: sube de un salto, se deshace del pedestal, toma el micrófono y cierra los ojos, comienza.

"Firme, desde el origen, voluntad dirige, rige, elige su sentido, surge por el motivo de lo vivo, es fuerza que sustenta el movimiento, lo activo; cada paso individual suena a un trayecto colectivo, un tesoro nada vale si se mantiene cautivo", expresa fuerte, prosódico.

"Ewor" (Jonathan Olivares, 1989), dice sus versos en un patio del Antiguo Colegio de Medicina, en el Centro Histórico, donde participa en un "eslam", palabra castellanizada que nombra la apropiación mexicana de los slams estadou-nidenses, competencias de poesía en voz alta urdidas en la década del 80.

Con variaciones que dependen del organizador, un eslam tiene reglas básicas: hay un conductor que administra el micrófono, cada poeta tiene cerca de tres minutos en el escenario, del público surge un número reducido de jueces y hay una última ronda de finalistas.

A decir de Rojo Córdova (México, 1986), poeta y notorio impulsor de los eslams en el País, la contienda del Antiguo Colegio de Medicina, que ganó "Ewor", fue sólo uno de los -quizá- 20 eslams que se organizaron este año, tan sólo en el Distrito Federal; el año pasado, hubo 40 en todo el País.

Sentado en una banca del Centro de Cultura Digital de la Estela de Luz, tras el último eslam del año que "curó" en ese lugar, Córdova habla sobre su misión autoimpuesta, que considera alfabetizadora, vasconcelista incluso.

"En el momento en el que yo estuve en ese primer eslam, en 2008, yo encontré una causa. Yo vengo de las letras, de Letras Hispánicas de la UNAM, y siempre estaba como deprimido por el hecho de que se acumulara tanto conocimiento, pero no se compartiera. Yo era así de: '¿y qué vamos a hacer con esto, siendo tan listos?'", cuenta.

Tras su estreno en el escenario, tres años después del primer eslam mexicano, que fue organizado en 2005 por Katia Tirado, Tiosha Bojórquez y Édgar Khonde, Rojo Córdova decidió cubrir todos los frentes del movimiento: es intérprete, maestro, promotor y antologador.

"En un País en guerra, con el segundo lugar de muertos, debajo de Siria, hacer un evento como los eslams, donde uno escucha al otro, es revolucionario", asegura sobre las competencias a las que ahora llegan 70, 80 personas.

Además de los eslams que ha organizado, Córdova imparte talleres...

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