'No podía ver, no podía cantar'

AutorJorge Ricardo

Maru Enríquez está de regreso. Usa una silla de ruedas pero no ha perdido nada, ni su simpatía con el público ni su paciencia ante el blues ni la emoción en el escenario ni, mucho menos, los aplausos.

En la Feria Internacional del Palacio de Minería, en la Capilla del recinto, ayer volvió a cantar ante un público después de que hace un año sufriera dos infartos cerebrales.

"No podía ver, no podía oír, no podía cantar ni mucho menos pensar en un escenario", dijo. Pero ayer estaba ahí. Igual que hace diez años. El auditorio era un largo espacio, con ventanas altas por donde entraban un poco de sol.

La voz Enríquez, con boleros, trova, blues y de poemas musicalizados, puso a medio centenar de personas en la melancolía de la tarde.

Cantó una selección de temas de su carrera, lo mismo "boleros" de The Beatles, que de compositores cubanos, peruanos y mexicanos. También del disco "Y mi voz que madura", una musicalización de poemas de Xavier Villaurrutia.

"Estuvo aquí hace diez años y vuelvo a estar de nuevo, siempre estamos comenzando", dijo, y comenzó a cantar "Silencio", de Villaurrutia: "Qué haré si está ella,/ con el cuerpo cerca,/ con el alma lejos?".

Acompañada del guitarrista Charly Badillo, ponía el silencio entre el público. Sólo de vez en vez un grito: "¡Bienvenida, Maru!" o un leve sollozo.

La cantante, en una silla de ruedas con las piernas rígidas, con una sonaja en una mano, apenas se movía. Sujetaba el micrófono con la izquierda y la derecha se asía, fuerte, al metal frío.

"Le pusimos al recital Vuelta de hoja, porque después de lo que pasó una sólo puede aguantar el...

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