Esas poderosas primeras líneas

AutorDora Isabel Franco

El destino de un libro, cualquiera que sea su tema, es ser leído. Y la ambición de todo autor es mantener cautivo a su espectador de principio a fin.

Lograrlo dependerá del interés que despierte la trama, del ritmo de la narración y un sinfín de factores, pero para atrapar a un lector no hay mayor ciencia que unas poderosas primeras líneas.

"Una de las reglas fundamentales de una narración es tener un inicio fuerte, un inicio que ganche", explica el experto en literatura comparada Fidel Chávez.

"Iniciar bien, no explicar demasiado y terminar sin terminar, que te deje abierto el final".

Si bien no es un factor determinante, el inicio de una novela debe tener el peso suficiente para establecer un contrato ficcional con el lector para que éste acepte el "juego" y se mantenga en él, explica el escritor y catedrático de la UANL Víctor Barrera Enderle.

Algunos inicios son tan buenos que se quedan por siempre en la mente del lector. Pero hay otros que han ido más allá y han llegado a inscribirse en la memoria colectiva.

"Eso siempre me ha intrigado, me parece que los inicios memorables se han consolidado porque las novelas en su totalidad han sido memorables. En Cien años de soledad, o en El Quijote los inicios son clásicos porque las novelas son clásicas. Es una relación de co-dependencia", indica Barrera Enderle.

Ésta es una selección de primeras líneas memorables de obras literarias que, a la par de sus comienzos, también han resultado entrañables.

"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor".

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, 1605, Miguel de Cervantes Saavedra

"Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa".

Orgullo y Prejuicio, 1813

Jane Austen

"Llámenme Ismael".

Moby-Dick, 1851

Herman Melville

"Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada".

Anna Karenina, 1877

León Tolstoi

"Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto".

La Metamorfosis, 1915

Franz Kafka

"Mamá murió hoy".

El Extranjero, 1942

Albert Camus

"Una vez, cuando tenía seis años, vi un magnífico dibujo en un libro sobre la selva virgen que se llamaba 'Historias vividas'. Representaba a una serpiente...

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