El poder y la gloria (II)

Tras la muerte de Amado Carrillo, en 1997, Ignacio Coronel tomó la decisión de abandonar al Cártel de Juárez y unirse a las filas del Cártel de Sinaloa. Lo mismo hicieron Juan José Esparragoza "El Azul" e Ismael "El Mayo" Zambada. A Nacho no se le olvidaba que éste último lo había sacado de la cárcel cuando su jefe lo dejó a su suerte.

Fue hasta 2001 cuando llegó un momento crucial para los capos del narcotráfico en México. Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo", se había fugado de la cárcel de Puente Grande y convocó a una reunión. En ella se hizo la llamada "Federación", el intento de unirse en un gran cártel.

Nacho Coronel ya se había ganado la confianza de "El Chapo" y había demostrado que podía controlar la plaza de Guadalajara de forma eficaz. Fue por ello que se quedó con el negocio de metanfetaminas y el control del puerto de Manzanillo y los estados de Colima, Jalisco y Nayarit.

Con la plaza bajo control y el negocio al alza, el poder de Coronel floreció. Era el operador de confianza de Guzmán y tuvo infiltradas las instituciones policiacas y de justicia en Jalisco. Mientras que en decenas de ciudades de México la seguridad se salía de control y el crecimiento de Los Zetas destrozaba la tranquilidad de plazas como Monterrey, Aguascalientes, Torreón y Cuernavaca, Guadalajara vivió su mejor momento.

El mito de que Los Zetas no entraban a Jalisco y Colima porque Nacho Coronel mandaba en esta plaza creció a gran velocidad y pasó de ser un rumor entre la fuente policiaca a una "gran verdad" creída y difundida por las clases medias y altas de la Ciudad: Nacho nos protege a todos; él tiene un mejor sistema de espionaje que la policía, y les pasa el pitazo cuando vienen Los Zetas; cuando pasa Nacho Coronel, los policías lo escoltan; dicen que vive en Colima y se le vio en una boda con el Gobernador; no es cierto, deciden otros, vive en Guadalajara a todo lujo; el Chapo se vino a vivir a Puerto Vallarta porque aquí lo protege Nacho... Su poder crecía al mismo ritmo que los mitos y los rumores.

Desde que tomó la plaza de Guadalajara, Coronel impuso una estrategia de cero confrontación con las autoridades y a sus hombres les prohibía extorsionar o secuestrar, pues advertía que su negocio era el tráfico de drogas. Eso ayudó a que hubiera un clima de cierta paz en la Ciudad, que la violencia estuviera contenida y no hubiera tanta sangre derramada por las calles.

A pesar de su filiación al...

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