Pocos perros para darles mucho

Desde hace cuatro años, tres mujeres voluntarias, no solo amantes de los animales sino preocupadas por la situación que viven perros y gatos en el DF, trabajan en busca de una mejor calidad de vida para las mascotas a través del control de su natalidad.

Apoyadas en un fondo de la Fundación Haghenbeck, Trinidad Brindis, Silvia Calvillo e Ia Aguilar viven organizando campañas de esterilización gratuita para canes y felinos, principalmente en la zona de Cuautepec, en la delegación Gustavo A. Madero, donde es común ver jaurías de canes sin dueño deambular por su accidentada geografía.

En su cruzada, las damas se han topado con varios obstáculos, desde la persona que se niega a operar a su animal por creer que actuar así es antinatural, hasta los que comercian con los cachorros y han llegado al extremo de que ante estas circunstancias hayan tenido que "secuestrar" a las perras para operarlas y luego regresarlas a sus dueños.

De acuerdo con las voluntarias, existe una zona en el Cerro del Chiquihuite donde se han dado casos de animales estrangulados por vecinos bajo el argumento de que les molestan los ladridos; y esto les parece una medida cruel.

"Estamos preocupadas por el animal que hay en la calle y tenemos que vivir entre cacas de perros, ya no es preocupándonos sino ocupándonos de hacer algo de provecho, un servicio a la comunidad y a la vez una satisfacción para nosotros mismos", sostiene doña Trinidad.

Aman a los animales

Trinidad Brindis, Silvia Calvillo e Ia Aguilar coincidieron en la Fundación Antonio Haghenbeck, hace unos cuatro años, ahí se conocieron y ahora dedican gran parte de su tiempo a esta labor, por eso no sorprende que la señora Brindis tenga 12 perros en su casa, la señora Silvia 40 y la maestra Aguilar 22.

A estas mujeres no les preocupa exponerse a la delincuencia que impera en muchas colonias de la GAM o incluso de las agresiones de los dueños de los animales que no quieren que los operen.

A pesar de que las tres tienen familia, han decidido ocuparse también de este sector tan desprotegido como es el de los perros callejeros. En el camper donde hacen las operaciones y vacunaciones, también hacen labor de adopción.

"Nos han llegado perros atropellados y golpeados por la gente, una vez recibimos a uno que unos niños le habían lastimado su ojo con unos balines y lo perdió. Ahora aquí (en la colonia Jorge Negrete) se quedó y ya no se va", recuerda la señora Calvillo.

Brincan a la fama

En las zonas más pobres de Cuautepec...

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