PLAZA PÚBLICA / ¿Qué festeja el PRI?

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Aunque en rigor el Partido Revolucionario Institucional fue fundado en enero de 1946, insiste en evidenciar su filiación del creado el 4 de marzo de 1929 a instancias del ex Presidente Calles y por eso hoy festeja su aniversario número 79. Su auditorio principal lleva el nombre de ese caudillo, reconocido como generador del poderoso mecanismo de poder que entre otras expresiones de su eficacia llevó a la Presidencia de la República a 12 candidatos, desde Pascual Ortiz Rubio hasta Ernesto Zedillo.

Este año ese partido, antaño invencible, tiene motivos de festejo, aunque no todos pueden ser reivindicados como propios de la organización en su conjunto. En 2007 recuperó la gubernatura de Yucatán y triunfó -y en algunas de ellas hasta arrasó- en las elecciones legislativas y municipales de media docena de entidades, con lo que resarció parcialmente la colosal derrota a que lo condujo Roberto Madrazo en el proceso federal de 2006, y que su actual presidenta, Beatriz Paredes, resintió directamente como candidata al gobierno del Distrito Federal.

Hace un año ella misma compensó su derrota capitalina asumiendo la presidencia nacional del partido, que ganó en su segundo intento, pues la primera vez la fórmula (que ahora se antoja imposible) Madrazo-Elba Esther Gordillo la derrotó a la mala, sin que ella resolviera oponerse a una victoria mal habida, perpetrada por una pareja en cada uno de cuyos integrantes, con sus metas y estilos propios, debilitó al partido.

Ésa es una de las razones del discreto desempeño de Paredes al frente del priismo nacional. Otra es la poliarquía que sustituyó en ese partido el mando único operado por el Presidente de la República. Hoy el poder político y financiero en el partido, antaño centralizado, está repartido en muchos factores, tantos que difícilmente puede reconocerse que los gobernadores más audaces e inescrupulosos sigan siendo priistas. Consta que varios de ellos (citemos sólo a modo de ejemplo a Eduardo Bours y Eugenio Hernández, de Sonora y Tamaulipas) aportaron su colaboración al triunfo de Felipe Calderón, y su actuación local se dirige más a satisfacer sus proyectos personales que a empujar la recuperación federal del PRI en las elecciones legislativas del año próximo.

La marcha misma de la dirección nacional priista ha sido más lenta de lo que necesita un partido urgido de reconstruirse. En cierto sentido, carece de secretario general, pues el senador hidalguense Jesús Murillo Karam está concentrado en sus...

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