PLAZA PÚBLICA / Tripartismo en Tlaxcala

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Con la elección, anteayer martes, de Mariano González Zarur como candidato del PRI quedó configurada la contienda por el Gobierno de Tlaxcala, un estado que desde hace 12 años vive en la singularidad electoral, pues ha tenido ya doble alternancia. El priista competirá con dos candidatas: por el PRD Minerva Hernández Ramos (contadora como González Zarur) y por el PAN Adriana Dávila. Será la segunda vez que el aspirante tricolor pretenda llegar al Poder Ejecutivo, pero hace seis años fue derrotado por Héctor Ortiz, que hasta poco antes de ser presentado por el PAN militó en el partido de su contrincante.

José Antonio Álvarez Lima fue el último Gobernador de la normalidad priista en Tlaxcala. En 1992 obtuvo el 85.7 por ciento de los votos mientras que el PRD alcanzó únicamente el 6.8 por ciento; y el PAN nada, pues ni siquiera presentó candidato. En las siguientes elecciones el panorama se modificó radicalmente, al grado de que el partido dominante casi único que hizo ganar a Álvarez Lima con ese porcentaje abrumador, 15 años después, en 2007, no ganó un solo distrito en las elecciones legislativas intermedias.

En 1998, el veterinario Alfonso Sánchez Anaya se rebeló contra el designio que trató de impedir su propia afirmación de que "ya le tocaba", tras una carrera en la política y la administración local y federal, y se fue del PRI cuando su partido de siempre no lo hizo candidato. La escisión que provocó en el tricolor le permitió, con la postulación que de él hicieron el PRD, el PT y el recién nacido Convergencia, desplazar de la gubernatura al Revolucionario Institucional. Triunfó sobre Joaquín Cisneros con estrecho margen, de apenas 2 por ciento. El PAN apenas figuró entonces: sólo obtuvo 27 mil 736 votos, exigua cantidad frente a los 150 mil del ex priista triunfador.

Seis años después Sánchez Anaya cometió el error de prohijar o no frenar las aspiraciones de su esposa, la Senadora María del Carmen Ramírez, que luego de variadas peripecias fue forzadamente la candidata del PRD, al que se habían afiliado ella y su marido, y en donde no contó con asentimiento generalizado. Quedó, por lo tanto, muy rezagada frente a sus contendientes del PAN y del PRI, los ya mencionados Ortiz y González Zarur, que disputaron voto por voto. El actual Ejecutivo apenas alcanzó uno por ciento más que su contendiente, que con el caudal de votos priistas que llevó a Acción Nacional le dio presencia en una entidad donde, como indican los datos de las elecciones...

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