Plaza Pública/ Tribulaciones yucatecas

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Suele ser una simpleza atribuir a una persona los males o los bienes que aquejan o benefician a una sociedad. Y sin embargo, no es exagerado decir que la historia política de Yucatán en las tres últimas décadas encuentra en Víctor Cervera Pacheco uno de sus ejes. Y no para la evolución progresista de los yucatecos, sino en su perjuicio. Se opuso con rudeza, desde dentro del sistema mismo, a los Gobernadores Carlos Loret de Mola, Francisco Luna Kan y Graciliano Alpuche Pinzón. A éste último, General del Ejército, logró derribarlo, y quedarse en su lugar, a título de interino, la primera vez que despachó en el Palacio de Gobierno de Mérida. Ahora, 16 años después de su primer ingreso a la Gubernatura, ha generado condiciones que le permitan mantenerse por sí o por interpósita persona en el cargo que ya en cierto modo usurpa, pues ha sido su titular por mucho más tiempo del previsto por la Constitución.

La modalidad elegida ahora por Cervera Pacheco, Secretario de la Reforma Agraria con Carlos Salinas y mentor político de Mario Villanueva, el prófugo ex Gobernador de Quintana Roo a quien acaso protegió en su fuga (por sólo citar dos de los personajes con quienes ha hecho carrera política) es la intromisión en los órganos electorales, tan habilidosamente administrada que se permite el lujo de acusar de lo que él practica, una intervención ilegítima en tales órganos, al poder judicial de la Federación.

El próximo lunes ocho, Cervera Pacheco librará una nueva escaramuza contra el Tribunal electoral del Poder Judicial de la Federación. A través de sus personeros, señaladamente la Diputada Myrna Hoyos, que fue su Secretaria de Gobierno en el primer turno de su Gubernatura (que se extendió de 1984 a 1988, antes de su elección en mayo de 1995, que lo tendrá en el cargo por lo menos hasta mayo de este año), Cervera Pacheco desafiará una vez más a la principal instancia judicial del país. No lo hace como los delincuentes comunes, enfrentándose abiertamente a la ley, sino disfrazado de su defensor. La defensa de sus propios intereses políticos, los de su grupo al que pertenece la lideresa nacional priísta Dulce María Sauri Riancho, se disfraza de patrioterismo regional, de legítima defensa de la muy defendible soberanía de su entidad. Su enfrentamiento con el Tribunal Federal Electoral no ha consistido sólo en desacato a sus sentencias y otros fallos, sino también en el enderezamiento de acciones legales contra los Magistrados del mayor órgano de la...

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