Plaza Pública/ Tres Poderes

AutorMiguel Angel Granados Chapa

La novedad es que hay tres Poderes. Durante décadas hubo sólo uno y ahora los tres tienen existencia real. Sin burlas ni agresiones -salvo un intencionado desliz presidencial y un puñado de Legisladores en actitud pueril-, el Ejecutivo acudió al Congreso de la Unión a dar cuenta del estado que guarda la administración y la presidenta del Poder Legislativo respondió con severa dignidad. Uno y otra subrayaron su respeto al Poder Judicial, a cuya Suprema Corte de Justicia acuden para dirimir sus diferencias.

A las 20:22 minutos el Presidente Vicente Fox se dirigió no a sus escuchas oficiales, los miembros de las Cámaras, sino al público en general, sus "amigas y amigos", quienes le "permiten entrar en sus casas". No eran muchos: sólo una de cada cinco personas, según la encuesta nacional telefónica realizada por el Grupo Reforma. Pero ese auditorio, su círculo verde, es para Fox más importante que esa suerte de círculo rojo que ocupa escaños, los 628 miembros del Congreso de la Unión.

Por eso alza su mirada por encima de las curules y se dirige a las cámaras, con minúscula, y no a las Cámaras con mayúscula. La intención no pasa inadvertida. Algunos Legisladores protestan y no falta quien, ofendido, abandona la sala. El desliz tiene intención. Un Presidente popular, cuya gestión mantiene altos índices de aceptación (aunque hayan descendido mes a mes, desde hace nueve) prefiere apelar a la gente y no a sus representantes. Es una concreción del dilema entre la democracia directa y la representativa. Es la cuestión que un gobernante con fuerza en la ciudadanía, pero no ante los partidos (lo que no es una contradicción) suele resolver mediante un plebiscito.

Pero ese fue sólo un minuto de los 60 que empleó el Presidente Fox en salvar su primera comparecencia ante el Congreso, luego de su toma de posesión. Durante el resto, actuó ahora de modo diferente. Para bien, desoyó sus propias tentaciones: no introdujo formas coloquiales, no alteró el ritual, no hizo chistes, no se mofó de sus impugnadores. Su contención pareció a punto de ceder en varios momentos. Pero resistió siempre, salvo en esa apelación al juicio general, que sabe y espera más benévolo que el de sus oyentes, aun los de su propio partido.

Ostentó una clara aproximación al PAN, afiliándose al humanismo político, como se llama oficialmente el credo panista. Tres veces empleó esa expresión como su brújula, como el instrumento que guía sus acciones. La tiesura que le atribuyen no pocos de...

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