PLAZA PÚBLICA / La tragedia de Tabasco

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El retraso en la construcción de la estela con que se festejaría el Bicentenario es motivo de vergüenza o fuente de humor cáustico. Pero esa demora no genera efectos trascendentes, salvo quizá complicaciones del tránsito en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México. Pero el que no se haya concluido el Plan Hídrico Integral en Tabasco puede ser la causa de una tragedia de proporciones incalculables en las próximas semanas. La abulia, para decir lo menos, de la Comisión Nacional del Agua ha puesto en riesgo a los dos millones y medio de tabasqueños, no sólo a los que viven en la planicie que conduce al Golfo de México.

Tabasco ha sido sinónimo de agua. Pellicer decía, no como lo hacemos el resto de los provincianos cuando viajamos al solar nativo, "voy a mi tierra", sino "voy a mi agua". En esa entidad, acaba de recordarlo su gobernador, Andrés Granier, que representa sólo el 1.3 por ciento de la superficie total del país, se localiza la tercera parte de toda el agua dulce de la República. Los colosos líquidos, los ríos Grijalva y Usumacinta, son sólo parte de una vasta red de corrientes y lagunas que de promesa de desarrollo se han convertido en una amenaza para los pobladores.

En 2007 los tabasqueños vivieron la peor inundación de sus tierras bajas que se recuerde. Pero no han sido mucho menores los estragos de los anegamientos en los años siguientes. En 2008 la porción norte del estado, en el lindero con Guatemala, padeció la peor suerte. Y el año pasado el infortunio tocó a la Chontalpa. Ahora mismo, cuando no se ha iniciado todavía la temporada de lluvias más intensas, que sobrevendrán en octubre y noviembre, hay ya 130 mil damnificados, 12 de los 17 municipios han sido declarados en emergencia, 400 localidades están seriamente afectadas, 300 escuelas, a las que acuden 22 mil alumnos, han dejado de funcionar; 200 unidades médicas están en riesgo, y 25 de ellas han sido ya evacuadas. El jueves, cuando el gobernador Granier dio estas cifras en el Senado de la República, estaba en peligro el Hospital de alta especialidad Juan Graham Casasús, amenazado por el río Carrizal. Ciento ochenta y siete mil hectáreas de cultivos y pastizales están inundadas, con daños y perjuicios para 20 mil productores.

Lo peor, sin embargo, está por venir, y si los pronósticos temibles se cumplen, habrá en los próximos meses más del millón y medio de damnificados que Tabasco padeció en 2007. Por eso su población y su gobierno reclamaron al federal acciones...

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