Plaza Pública / Tello y las intolerancias

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Me disgustan -y si el verbo fuera el correcto diría que desapruebo- las manifestaciones de partidarios de Andrés Manuel López Obrador que ruidosamente han estorbado -sólo ruidosamente, sólo estorbado- presentaciones de libros sobre el proceso electoral del año pasado. En una de ellas, Lydia Cacho y yo mismo disuadimos a quienes protestaban estentóreamente de seguir haciéndolo. Era el martes 13 de febrero. Denise Dresser había leído su texto sobre El Presidente electo, de Jorge Zepeda y Salvador Camarena. Se disponía a hacer lo propio Carlos Loret de Mola quien, punzantemente se refirió a la silla que, sin aviso ni disculpa había dejado vacía Germán Martínez, el secretario de la Función Pública que había aceptado comentar el libro y se arrepintió. Apenas iniciada, la exposición del periodista de televisión fue interrumpida por gritos de un grupo que abandonó sus sillas y se colocó al lado del presidium, proclamando su descontento a todo pulmón y desplegando mantas y pancartas. En un primer momento, parte del público aplaudió la protesta pero a medida que se prolongaba creció el descontento y el pedido a los manifestantes de retirarse para que el acto continuara. En ese propósito, la periodista Lydia Cacho y yo decidimos convencer a los protestantes de guardar silencio y marcharse. Después de algunos minutos se persuadieron de nuestras razones, o creyeron ya cumplida su misión y se fueron. Fue un episodio molesto, desagradable pero nada más. Loret de Mola pudo expresarse, y lo mismo hicieron los autores del libro.

El martes pasado, 6 de marzo, en cierta forma se repitió el suceso, aunque de modo más agresivo por la índole del libro a presentar. Carlos Tello escribió 2 de julio, subtitulado "La crónica minuto a minuto del día más importante de nuestra historia contemporánea", un libro polémico según lo calificó uno de los presentadores, José Woldenberg (el otro fue Jorge Castañeda, y el moderador, Leo Zuckerman). Concluidas las presentaciones, cuando Tello ofreció la palabra al público, se la tomaron partidarios de López Obrador que a voz en cuello lo tildaron de mentiroso y mostraron pliegos de papel donde reiteraban la acusación. La batahola duró 10 minutos, al cabo de los cuales los participantes en la mesa se retiraron. No puede decirse que la sesión fue reventada porque su parte medular ocurrió sin interrupciones.

Sin embargo, la acción de los manifestantes ha sido denostada como actitud fascista, suma de intolerancias. Contra toda lógica...

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