Plaza Pública / Spots, mentiras y video

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Con la discreción y austeridad que lo caracteriza, sin publicar mensajes de felicitación inducidos (y pagados) el periódico REFORMA celebró ayer su decimotercer aniversario del modo que mejor puede hacerlo: trabajando, ofreciendo información propia, resultado de un esfuerzo consistente de investigación. Por un lado, publicó los resultados de su encuesta nacional telefónica sobre la protesta de Andrés Manuel López Obrador, en que un 56 por ciento de los interrogados desaprueba ese gesto. Y, por otra parte, difundió contundente información sobre la campaña publicitaria del Presidente Fox al cabo de su sexenio.

Desde agosto del 2005, en su fase inicial con el pretexto de concitar la atención pública hacia su Quinto Informe de Gobierno, la Presidencia ha realizado una imparable y onerosa campaña propagandística, que se acentuó durante el proceso electoral (etapa en que se pasaron por alto disposiciones de los otros poderes, trasladando el protagonismo presidencial justamente cuestionado a la publicidad de los sectores de su gobierno). No satisfecho con el exceso en esa fase previa a las elecciones (que sin duda generó un efecto de refuerzo a la propaganda proselitista directamente difundida por el PAN), todavía después de la jornada electoral se han reportado nuevos incrementos.

En efecto, de enero a junio pasados la oficina presidencial destinó poco más de seis millones de pesos a la propaganda del Ejecutivo (un millón al mes, en promedio), pero sólo de julio a septiembre la cifra ascendió a cerca de nueve millones de pesos (es decir se triplicó, porque fue de aproximadamente tres millones mensuales). Comparado el periodo total (de enero a septiembre) con el mismo lapso del año pasado, en este en que hubo elecciones y hay que decir adiós, el gasto más que se duplicó.

Esas cifras son sólo una mínima adherencia al uso de los tiempos oficiales y fiscales en radio y televisión, que por no significar una erogación directa conviene medir por su duración. En ese renglón el abuso es evidente y aun mayor: en todo el año pasado la Presidencia utilizó más de cuatro mil horas de televisión y doce de mil de radio, mientras que en los primeros nueve meses de este año se han utilizado 5 mil 600 horas de televisión y ¡31 mil 151! en radio.

Los contenidos de la propaganda son de corte estalinista, puro fomento al culto de la personalidad. Fox aparece como el demiurgo, causa de todo los abundantes bienes que se derraman sobre el País. A pesar de que el...

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