Plaza Pública / Sicartsa: Gobierno inútil

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Hace cuatro meses que se inició un paro de labores en una de las plantas siderúrgicas de mayor importancia en el País. No es, ciertamente, una huelga legalmente emplazada ni basada en las causas que establece la Ley Federal del Trabajo. El 2 de abril, 3 mil miembros de las secciones 271 y 273 del sindicato minero metalúrgico decidieron suspender sus tareas en respuesta a una agresión política perpetrada por el Secretario del Trabajo Francisco Javier Salazar: la ilegal deposición de su dirección sindical y su reemplazo por una de naturaleza espuria.

Incapaz de admitir la índole política del conflicto, y de entablar por lo tanto negociaciones que le pusieran fin, Salazar descalificó la iniciativa de los trabajadores, la consideró un "paro loco" y maniobró para enfrentarla por la fuerza. El 20 de abril su intriga condujo a la Policía Federal Preventiva y a las agencias policíacas de Michoacán a la práctica de la acción directa: de modo imprudente, desinformado y violento, efectivos de esas agrupaciones fueron lanzados contra los paristas, que resistieron el ataque con armas improvisadas. El saldo fue de dos trabajadores muertos, muchos agentes y obreros heridos y el empeoramiento del conflicto.

Fracasada la agresión, imposibilitado para intentar un nuevo asalto, el Gobierno incumple sus responsabilidades. Se halla en plena parálisis o indiferencia. Parece no importarle que hace 120 días no funcione la planta principal del más importante exportador de varilla y alambrón, en cuyas instalaciones se producen cada año 1 millón 700 mil toneladas de acero. La Secretaría de Gobernación pareció interesada en suplir las deficiencias de la del Trabajo, inmediatamente después del mortal ataque del 20 de abril, pero desistió de hacerlo. Es que en ambas dependencias privilegian el combate a la dirección sindical presuntamente derribada, y por lo tanto no aceptar dialogar y menos aun negociar con los dirigentes seccionales, pertenecientes a la corriente de Napoleón Gómez Urrutia. Cuando esos dirigentes actúan, son capaces de llevar adelante revisiones salariales de carácter normal: la semana pasada esas secciones convinieron con una empresa vecina a la que se halla en paro, Mittal Steel, un incremento de 8 por ciento. Esa misma tasa había sido pactada con Sicartsa, en la negociación del año pasado. Había sido en realidad arrancada a la empresa, perteneciente al Grupo Villacero, con el que el sindicato ha mantenido una tensa relación desde que Gómez Urrutia...

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