PLAZA PÚBLICA / SCT: firme el duopolio

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

De pronto parecería que el ingeniero Carlos Slim está dejando ser profeta en su tierra, mientras que lo es con intensidad ascendente en otros países. Cuarenta y ocho horas después de haber recibido aquí un duro golpe (la negativa del gobierno mexicano a que ofrezca televisión de paga), la presidenta de la República argentina le concedió una deferencia: aceptó que el hombre más rico del mundo fuera su anfitrión en México, aun antes que su homólogo mexicano, el presidente Calderón.

Acaso no haya relación alguna entre los hechos, pero aparecen ligados al ocurrir en la escena pública. La presidenta Cristina Fernández pasó anteayer unas horas, antes de comenzar su visita oficial a nuestro país, como invitada del empresario cuya presencia en televisión restringida se frena aquí. Al proceder de ese modo el gobierno mexicano contraviene su propia política al respecto, uno de cuyos componentes es la promoción de la competencia. Mientras menos oferentes de servicios en las telecomunicaciones haya, peor para el público, que depende del duopolio que domina esos territorios.

El año pasado era tan clara la actitud de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en beneficio del negocio del señor Azcárraga respecto de la telefonía móvil, que no vacilé en atribuir un nuevo significado a la T de la sigla que define a la Secretaría en aquel entonces encabezada por Juan Molinar Horcasitas. Quería decir, según mi interpretación, simple y sencillamente Televisa: SCTelevisa. Pero en los tiempos de Dionisio Pérez Jácome, sin perder ese significado tal vez lo completa o alterna con otro. Ahora la T parece querer decir taimada. Al menos ésa es la actitud que define a esa dependencia frente la petición de Telmex para que su título de concesión sea modificado y pueda esa empresa, antaño monopólica en la telefonía fija, ingresar en otras telecomunicaciones.

Durante más de un año la SCT ofreció la callada por respuesta a esa petición de la empresa telefónica del grupo Carso. Fue preciso que la afectada acudiera a los tribunales para reclamar el amparo de la justicia federal frente a ese silencio. Telmex obtuvo satisfacción en su queja ante la justicia federal, que ordenó a la Secretaría responder a la quejosa en un plazo perentorio, de 15 días en la más amplia de las interpretaciones. Telmex apoyó su requerimiento en la conformidad que, según la interesada, se había desprendido del mutismo de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, en cuyo caso procedió la...

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