Plaza Pública / Relanzamiento zapatista

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Con varias comunicaciones fechadas a partir del 19 de julio se instaló de nuevo en el espacio público de México el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que en torno de sí mismo y su relación con el gobierno y el resto de la sociedad guardaba silencio desde hace 27 meses. Después de mayo del 2001, cuando canceló su contacto con el exterior, frustrado su propósito de una reforma constitucional justiciera, el EZLN o mejor dicho el subcomandante Marcos sólo había hablado para una incursión en la política del Estado español, en que el líder insurgente no salió indemne. Y es que suscitó litigios no sólo contra el juez Baltasar Garzón sino también con ETA, de cuyos procedimientos terroristas se deslindó.

El subcomandante Marcos realizó varios anuncios, que pueden ser entendidos en una doble perspectiva: hacia dentro de las comunidades donde está presente el zapatismo, y hacia afuera, respecto de su relación con la sociedad y el gobierno. Si forzamos un tanto los términos, se trata de una reforma política del zapatismo armado y sus comunidades. A partir de una crítica y autocrítica que examina el desenvolvimiento de los municipios autónomos, 30 en total, los documentos del relanzamiento zapatista establecen tres niveles de organización y mando: en primer lugar, los consejos municipales, una autoridad colegiada que regula la vida cotidiana en términos semejantes a como lo hacen los ayuntamientos, pero que también dirimen conflictos. En segundo lugar se establecerá un órgano nuevo, las juntas de buen gobierno, que actuarán en un plano doble.

Por un lado, serán autoridad de segunda instancia, para "atender denuncias contra los consejos autónomos por violaciones a los derechos humanos, investigar su veracidad, ordenar a los consejos autónomos la corrección de estos errores y para vigilar su cumplimiento", (no de los errores pues allí el subcomandante Marcos cometió un breve desliz, sino el de las órdenes que corrijan tales errores). Por otra parte, las juntas redistribuirán los recursos de los municipios autónomos. A lo largo del tiempo, dijo el líder insurgente, se han creado privilegios o desigualdades dentro de las comunidades o entre ellas. Es que debido a la peculiar posición de tales comunidades, hay oscilaciones en su relación con la sociedad civil, nacional o internacional, cuyas aportaciones materiales han contribuido a la supervivencia de los zapatistas. Las juntas no centralizarán los recursos comunitarios pero corregirán inequidades...

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