PLAZA PÚBLICA / Proyectos en telecomunicaciones

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El jueves 8 el Congreso de la Unión vivió una jornada singularísima en materia de telecomunicaciones y radio y televisión, que súbitamente ese día se avivó en contraste con el letargo que el tema ha solido padecer. Casi al mismo tiempo, las bancadas de Acción Nacional en cada Cámara presentaron una iniciativa de ley federal de telecomunicaciones y contenidos audiovisuales. Lo hicieron en el Senado el líder de la fracción albiazul, Gustavo Madero, y en la Cámara el diputado Javier Corral, presidente de la Comisión de Gobernación. Minutos después, se reunió en Xicoténcatl la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía, encabezada por el senador perredista Carlos Sotelo para cumplir, con cuatro meses de retraso, una cita para dictaminar un proyecto de reforma a la ley de radio y televisión iniciado en diciembre de 2008 por Manlio Fabio Beltrones. Si en el Congreso se legislara en el vacío, no atenidos sus miembros a presiones e intereses, sino que respetuosos de la formalidad se limitaran a cumplir la ley, la sesión de la Comisión debía haberse suspendido pues acababa de iniciar su trayecto un colosal insumo que no podía ser ignorado por ninguna dictaminadora que pretendiera realizar responsablemente sus labores.

Pero ése no es el caso de Sotelo, que desdeñando lo que había ocurrido en la sesión plenaria, llevó adelante la sesión del órgano que preside. Debe haber calculado que si había demorado más de 120 días en reunir a su comisión, ésta podía esperar unos minutos más a que se integrara a la sesión un convidado que llegó tarde. Sólo cuando el vicepresidente jurídico de Televisa, Javier Tejado, se apersonó en la comisión, ésta comenzó a trabajar, con mayoría priista y la presencia de dos perredistas y dos miembros del PAN que, si bien se abstuvieron a la hora de votar el dictamen, contribuyeron al quorum que permitió que la comisión actuara. La sesión fue brevísima, sin discusión, acaso porque en un recinto diferente al senatorial ya se había elaborado el dictamen. Eso se barrunta porque un componente del documento mostró la huella informática de su preparación, que corresponde a Televisa.

Esa involuntaria revelación y la presencia de Tejado comprobaron lo sabido: que Sotelo se había sumado a la telebancada y procedía conforme a instrucciones recibidas, y que el proyecto dictaminado es un intento (probablemente el primero de varios) de devolver su carácter original a las reformas legales de 2006 que el público denominó Ley Televisa...

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