Plaza Pública/ PRI: la línea de flotación

AutorMiguel Angel Granados Chapa

El efecto que la defección masiva de priístas, mañana en Pachuca, provocará en su partido puede ser semejante al impacto de un torpedo en la línea de flotación de un buque.

El PRI deja de tener militantes día con día. Pero en los últimos meses ha sido una pérdida por goteo: uno aquí y otro allá. En cambio, mañana habrá una desbandada, visible físicamente. La significación numérica de ese abandono colectivo equivale a la rotura del casco, si seguimos con la comparación naviera. O a la quebradura de la cortina de una presa, si imaginamos un caudal impetuoso que rompe la resistencia de un muro de contención y se desborda.

A las once de la mañana de este sábado el Frente Democrático Hidalguense, con su líder José Guadarrama a la cabeza, repudiará al PRI. El mitin ocurrirá en la Plaza Juárez, frente al Palacio de Gobierno que el ex Senador no pudo ocupar porque se atravesó en su camino no Manuel Angel Núñez Soto, que es su principal huésped ahora, sino el rojismo, que actúa como el verdadero dueño del edificio, pues parece tenerlo escriturado. Si el público es sensible al tono de la invitación publicada profusamente en los días recientes, acudirán a la reunión no sólo militantes priístas, hombres y mujeres, sino también sus hijos. Y es que al futuro de ellos ha apelado Guadarrama, seguramente para que se piense menos en el pasado.

Será muy ancho, anchísimo, el boquete que abra este éxodo masivo en el PRI. La cifra probable puede calcularse a partir de los siguientes números. Informó ese partido que en su contienda interna de septiembre de 1998 votaron por cinco precandidatos unos 436 mil priístas o ciudadanos en general. Nadie puede saber si hubo esos votos en realidad o no, El hecho es que esa fue la cifra oficial y puede contrastarse por lo tanto con la de 325 mil que obtuvo el PRI en la jornada constitucional, en febrero de 1999. O sea que en sólo cinco meses el partido gubernamental perdió 110 mil votos, priístas que resolvieron no votar por el candidato de su partido, no obstante que su militancia los había hecho participar en el proceso interno.

En esa fase de la contienda votaron por Guadarrama, que quedó en segundo lugar, ciento cincuenta y cuatro mil personas (mientras que por Núñez Soto lo hicieron 205, 112 priístas). Aquella es, quizá, la base guadarramista, los efectivos del Frente Democrático Hidalguense. Es presumible que Guadarrama y Francisco Javier Berganza, el candidato priísta disfrazado de panista se arreglaron y el voto...

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