Plaza Pública/ Perredistas en el Congreso

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Sesenta Diputados, menos de la mitad de la cifra a que ascendía la bancada perredista en la Legislatura que está por irse; y 15 Senadores (el mismo número que ahora), se han reunido ayer y hoy en San Lázaro. Reciben un curso parlamentario para que actúen con tino en la próxima Legislatura. Y elegirán a sus coordinadores. Lo harán con retraso respecto de los otros grupos. Hace tres semanas los priístas escogieron a Beatriz Paredes y Enrique Jackson y la semana pasada el PAN decidió que encabece a sus Senadores Diego Fernández de Cevallos, y a sus Diputados Felipe Calderón. Hasta el Partido Verde hizo ya lo propio: Jorge Emilio González Martínez se lleva consigo, a Xicoténcatl, el cargo que tenía en San Lázaro, y allí coordinará a sus Diputados su amigo Bernardo de la Garza.

Un motivo de la dilación perredista en resolver su jefatura parlamentaria es que los grupos y las corrientes ven en esos cargos sólo posiciones para su guerra interna. La disminución de los efectivos electorales del PRD no tuvo la contundencia suficiente para que los líderes perredistas aprendieran la lección. No les ha quedado claro que las disputas internas, las de orden político y las meramente burocráticas, contaron entre las causas de su derrota. Por eso, lejos de propiciar el fortalecimiento interno mediante acuerdos de unidad, han reanudado las Guerras Floridas, al cabo de las cuales, como en la tradición mexica, los vencidos serán sacrificados.

Se ha condenado a Amalia García a ser la principal víctima. Es un desacierto y un acto injusto debilitarla. En medio de su adversidad, el PRD puede desempeñar un papel relevante, en la política parlamentaria y en la política general. Así lo reconoció el Presidente electo al recibir la declaratoria correspondiente y al escoger a ese partido como el primero de la Oposición con el que se reúne. Pero la eficacia y el donaire de Amalia García en su trato con quienes gobernarán, y con el PRI, se ven mermados por el trabajo de los topos que minan el suelo donde pisa su presidenta.

Aunque hace dos semanas recibió un voto de confianza del Consejo Nacional de su partido, requerido por ella precisamente para no hacer ostensible la disminución de su fuerza para negociar, Amalia García ha quedado reducida a la condición de presidenta provisional. Se realizan jubilosos aprestos para reemplazarla en marzo próximo, cuando se realice el Congreso Nacional perredista, no obstante que ahora cumple apenas el primero de los tres años del mandato...

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