Plaza Pública / Credo de un concesionario

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

La industria de la radio y la televisión, sus personeros más visibles y audibles, ignoran, olvidan o se resisten a admitir la naturaleza jurídica de su capacidad de transmitir por esos medios. Ante el abandono de los deberes gubernamentales, actúan con ánimo de dueño, manejan sus negocios como cosa propia, ignorando que el principal activo de sus operaciones mercantiles, la autorización para operar, les da poder sobre un bien que no les pertenece sino que es propiedad del Estado, que lo deja en sus manos a título de concesión, sujeta a término expreso y específico. Debido a aquella torcedura de la noción de bien público puesto provisionalmente en manos de particulares se puede alegar, como lo hizo el martes ante senadores el representante de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión, que es contrario a la seguridad jurídica el que no esté garantizado el refrendo de los títulos respectivos, siendo que dicha seguridad es plena durante el lapso expresamente señalado en la documentación correspondiente, pero que no puede ser escriturada a perpetuidad.

Algunos concesionarios expresan rudamente su oposición a que las autorizaciones que les permiten estar en el mercado y obtener pingües utilidades sean una concesión. Prototípica de esa actitud es la de Ricardo Salinas Pliego, el presidente de TV Azteca, uno de los dos componentes del duopolio que domina la televisión en nuestro país.

En su opinión, el espacio electrónico no es un bien público. Con la finura y profundidad que le caracterizan refutó esa noción: "¡A toda madre! ¿Cómo bien público?". Entrevistado por Mauricio González Lara, éste le recordó que eso dijeron los senadores en la célebre reunión del 11 de septiembre en que la industria de los medios electrónicos pretendió frenar la reforma que saca del mercado de radio y televisión la propaganda electoral. Al oír la mención a esos legisladores, Salinas Pliego no se aguantó y los definió rencoroso: "Están muy mal, son unos mentirosos y ladrones, nos han despojado de nuestro legítimo trabajo sin compensaciones. Es un robo, nos han confiscado nuestro tiempo y nuestra audiencia para servir a sus intereses. La empresa no es un bien público, es de sus accionistas. Ahora los accionistas tienen ética, principios y visión, entonces pueden actuar con responsabilidad social, pero no es un must, es un maybe. Para ser responsable, la empresa debe ser exitosa y va a ser exitosa si tienes empleados motivados y satisfacen las necesidades de...

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