PLAZA PÚBLICA / Regalos al Presidente y a Televisa

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Desde que fue denunciado el servilismo al Presidente, expresado en regalos cortesanos y costosos, se inició un movimiento destinado a limitar el monto de los obsequios al huésped de Los Pinos. Conforme a la ley, ahora el Ejecutivo federal sólo puede recibir presentes modestos, por lo que sobresalió la largueza del gobernador electo de Hidalgo, el priista Francisco Olvera, que envió a Felipe Calderón, con motivo de su cumpleaños número 48, una botella de vino que vale en el mercado unos 3 mil pesos, seis veces más del límite establecido.

Obligado por ley a recibir obsequios baratos, Calderón se ha permitido el lujo, en cambio, de hacer regalos onerosos a Televisa. Lo hace no con cargo a su patrimonio, que ha crecido en los años recientes, sino entregando bienes propiedad de la nación. En el 2010, los favores políticos que en el México aldeano del tiempo en que nació Calderón se manifestaban en autorizaciones para abrir gasolineras y agencias de la Lotería Nacional, se hacen entregando concesiones que permitan operar mercados de telecomunicaciones. Televisa es el recipiendario más beneficiado de esos favores. Lo ha sido desde largo tiempo atrás, durante el sistema autoritario priista. Y sigue siéndolo, aun en mayor medida, durante los gobiernos de la alternancia. Bajo los gobiernos panistas, la misma Televisa que fue cercada por un cordón de protesta social a iniciativa de Manuel J. Clouthier, por los groseros sesgos de su información, es el centro de las atenciones gubernamentales, aun pasando por encima de la ley.

Para referirnos sólo a lo que ha ocurrido en la última década, el decenio panista, y en un recuento sumarísimo, recordemos que en octubre de 2002 la legislación fiscal y la sustantiva fueron reformadas por el presidente Fox, a instancias de su esposa Martha, que con esos favores esperaba recibir el apoyo del monopolio de la televisión para sus aspiraciones presidenciales. Se redujo severamente el monto del impuesto a pagar en especie -con tiempo disponible para el Estado- y se permitió la expansión de los negocios publicitarios de Televisa. Asimismo, en esa misma etapa del panismo gobernante se le entregaron autorizaciones para establecer casas de juego, que hoy forman parte relevante de sus operaciones y de sus ganancias. Como culminación de tal política, fueron reformadas las leyes de radio y televisión y de telecomunicaciones, para reforzar la presencia de Televisa en aquel campo y preparar su acceso a éste, el más promisorio...

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