PLAZA PÚBLICA / Pemex aturrullado

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El miedo a gobernar, que en el acertado diagnóstico de Carlos Arriola caracteriza al Partido Acción Nacional, comprende también a Pemex, dirigido por un priista. La indecisión sobre la refinería, que hace ya un año está en estudio y no se ve para cuándo comenzará a ser construida, ha hecho que la Secretaría de la Reforma Agraria aparezca como factor decisivo en un proceso relativo a la industria petrolera, y como supremo árbitro en la absurda disputa entre dos gobiernos estatales, azuzados por el incumplimiento de las reglas fijadas por el director general de la empresa petrolera, Jesús Reyes Heroles. A esa pérdida de capacidad de decisión se agregó esta semana un asalto policial a las oficinas de la paraestatal, la detención de decenas de sus empleados, incluido un gerente, militar retirado, por sospechas no confirmadas de que desde allí se coordina o se ejerce complicidad con el robo de combustibles y petróleo crudo hasta por 9 mil millones de pesos.

De este último punto arranca el problema. Pemex y el gobierno federal propusieron en la reforma que hace un año se discutía en un foro impuesto al Senado, pero que éste hizo suyo, que en lo sucesivo la refinación del crudo fuera realizada por la industria privada. Meses antes de que la oposición rechazara ese proyecto, para no perder cara enteramente, el propio presidente Calderón anunció que Pemex se haría cargo de levantar una planta refinadora y no los particulares a quienes se vedó el acceso a tal actividad. En las oscilaciones de su ánimo, Calderón había ordenado en marzo anterior estudiar la factibilidad técnica y financiera de que el Estado construyera la refinería pero en su iniciativa de abril desposeía a Pemex de esa posibilidad. Eso no obstante en julio la empresa petrolera envió al Congreso un informe con el examen de varias ubicaciones, donde Tula quedó colocada en primer lugar.

Desde que Calderón, aun antes de que concluyera el proceso de reforma, y previendo su resultado en este punto, anunció la nueva refinería, un evidente tortuguismo afectó ese propósito, cuyo comienzo se aplazó una y otra vez, a partir de un problema ya resuelto, el de dónde ubicar la planta refinadora, sitio que estaba ya en principio definido con criterios técnicos y financieros elaborados por Pemex mismo. El 18 de marzo pasado, cuando se esperaba del propio Calderón el anuncio de la localización respectiva, sólo se estableció un extraño mecanismo en que 10 gobernadores presentaron proyectos para que en...

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