PLAZA PÚBLICA / Eulalio Ferrer

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

"Respiramos libertad", proclamó Eulalio Ferrer al evocar el momento de su desembarco en Veracruz, exiliado político a los 19 años. Es seguro que esa sensación lo haya colmado de bienaventuranza más de una vez: cuando creó su propia agencia de publicidad. Y cuando la dejó atrás para dedicarse a la comunicología. Y cuando, siempre hombre de palabras, se hizo plenamente escritor. Su andadura vital lo llevó a etapas cada vez más amplias, más cabales, de la libertad. Por eso su devoción quijotesca, su vocación cervantina, su vida entera sin ataduras, concluida el martes pasado.

Nacido en Santander el 26 de febrero de 1921, fue hijo de un tipógrafo socialista, corrector de pruebas, que transmitió esas prendas a su vástago: el amor a la letra impresa, el ideal de una sociedad igualitaria. Como en la ficción verniana, fue un capitán de 15 años, que esa edad tenía al estallar la guerra civil en que tomó las armas. Tuvo que cruzar los Pirineos y padecer la humillación de los campos franceses de trabajo y concentración, antes de llegar a la tierra que sería para él otra patria, no una segunda patria pues tuvo la sensibilidad bastante para no jerarquizar su pertenencia a España y a México, aunque tenía claro ser un "montañescu de cuna humilde que se enorgullece de haber honrado a la tierra en que nació".

Tras un breve paso por el periodismo, en México se hizo publicista. Dirigió la agencia Anuncios Modernos, que hacía los de una empresa licorera. Al mediar el siglo pasado, la publicidad incluía la creación y producción de programas de radio y televisión en que Ferrer dejó huella imborrable, como lo haría décadas después en iniciativas como el Encuentro mundial de la comunicación, que generó en el afán no logrado de obviar la zafiedad e inmediatismo de una Televisa recién nacida pero ya arrogante y vacua. Se hizo independiente en 1960 al fundar Publicidad Ferrer, un hito en esa actividad económica. Durante 10 años, de 1982 a 1992, esa agencia se mantuvo como la primera en el mercado, no obstante la creciente presencia de la competencia norteamericana. En el entretanto, Ferrer inauguró una más de sus vidas, la consagrada a teorizar e historiar la publicidad y el más ancho campo de la comunicación. La ciencia que estudia esta última recibió de Ferrer el bautizo que la identifica: comunicología, que tuvo sus primeros desarrollos en los Cuadernos de comunicación que fundó y que aparecieron durante un centenar de meses.

Reunió los rasgos del hombre práctico...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR