PLAZA PÚBLICA / Campeche, Colima

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Si nos atenemos a la breve diferencia con la que el PRI ganó la gubernatura de Campeche hace seis años, podría conjeturarse que esta vez la victoria puede ser alcanzada por el PAN, lo que constituiría, para efectos de su leyenda artificialmente labrada, un triunfo post-mortem de Juan Camilo Mouriño.

Además de gobernador, los campechanos elegirán el próximo domingo 11 ayuntamientos y 35 diputados locales, amén de los dos federales que corresponden a la renovación de la legislatura del Congreso de la Unión. Salvo momentos excepcionales, como cuando Layda Sansores fue por primera vez candidata opositora (con lo que ella significaba por ser hija de uno de los prohombres del tricolor, Carlos Sansores Pérez), Campeche había sido dominado sin dificultad por el PRI, que en cada jornada electoral avasallaba a la casi inexistente oposición.

En 2003, sin embargo, el actual gobernador Jorge Carlos Hurtado Valdez apenas pudo superar por menos de 5 mil votos (105 mil 473 frente a 100 mil 669) a su adversario panista Juan Carlos del Río, que se abstuvo de participar en la contienda interna en este año por no contar con el apoyo de la familia Mouriño, convertida en eje de la política de Campeche. Ya la presencia de Juan Camilo parecía ser determinante en la vida pública del estado, y no sólo en el PAN, pero su muerte y el hábil diseño de su mito transfirió sus capacidades de influencia y convocatoria a su hermano Carlos, hasta noviembre pasado, fecha en que murió su hermano menor, dedicado a los prósperos negocios de la familia. Puso el peso de su familia a favor de Mario Ávila Lizárraga, un empresario que desde 2002 fue delegado de la Sedesol, para hacerlo candidato del PAN. Favoreció la compra de espacios propagandísticos con dinero público de la Lotería Nacional, para esa campaña, en un episodio cuya indagación quedó trunca, si bien implicó la renuncia de Miguel Ángel Jiménez, el abusivo y fugaz director de la LoteNal.

Todavía hizo Mouriño un último favor a Ávila Lizárraga: cuñado como es de Francisco Brown Gantús, lo convenció de renunciar a última hora a su postulación por el PRD y a pasarse a la campaña de Ávila Lizárraga, que acaso con el voto que lleve consigo el ex regidor perredista supere el 2 por ciento de diferencia con que el PRI ganó hace seis años.

El candidato priista Fernando Eutimio Ortega Bernés tiene en su haber la derrota que infligió a Juan Camilo Mouriño en 2003, cuando contendieron por la alcaldía de la capital. En 2006 obtuvo la...

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