PLAZA PÚBLICA / Tribulaciones del joven PRD

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Al cumplir 19 años de edad el Partido de la Revolución Democrática se encuentra hundido en un conflicto del que no emergerá sino por decisiones judiciales ajenas, pues los protagonistas de su crisis han traspasado los límites del espacio común que hace posible el diálogo y el entendimiento. Salvo la Comisión Nacional de Garantías, puede asegurarse que el PRD carece de órganos de dirección, pues difícilmente puede sostenerse la decisión del Consejo Nacional de prorrogar su propio mandato, ya que no está declarada la validez de la elección de quienes compongan ese órgano y fueron elegidos el 16 de marzo.

Aun si se admite que es válida la actuación del Consejo Nacional, su sesión del domingo fue ya impugnada por su ilegalidad, defecto que también alcanza a los acuerdos allí adoptados, entre ellos la designación de Guadalupe Acosta Naranjo como presidente sustituto. El consejo tiene ciertamente facultades para designar en esa condición a quien encabece el partido ante "la renuncia, remoción o ausencia" del presidente elegido. Pero ninguna de esas tres causas de falta de presidente se ha actualizado: Leonel Cota no renunció, no fue removido ni se halla ausente, sino que simplemente terminó el periodo para el que fue elegido (junto con Acosta Naranjo, por cierto, cuyo cargo de secretario general no puede ser sustituido por la misma razón).

El Consejo Nacional debería reunirse sólo cada tres meses, o cuando fuera convocado por el comité nacional. Eso no obstante, se ha llamado a sí mismo a reuniones frecuentes en las últimas semanas. La más reciente estaba citada para el domingo pasado. Pero no se reunió el quórum. Al menos eso se hizo constar en la fe notarial respectiva elaborada a solicitud de Izquierda Unida, la suma de corrientes que sostuvo la candidatura de Alejandro Encinas, cuya táctica consiste en esperar de la comisión de garantías resolución a su pedido de que se prorrogue el mandato de Cota, y por lo tanto no compartía, ni hubiera podido impedirlo, el objetivo de Nueva Izquierda de que el Consejo Nacional obrara como lo hizo.

(Aquí, por cierto, debo confesar mi perplejidad ante las cifras relativas al Consejo Nacional. Salvo que la edición impresa de los estatutos que tengo a mano, coincidente con la que puede consultarse en la página oficial del partido corresponda a una fecha previa a alguna reforma que no registro, en este momento el Consejo Nacional debe integrarse por más de 400 miembros, no los 242 aludidos en la constancia...

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