PLAZA PÚBLICA / Dos del góber precioso

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Mañana sábado 5, al mediodía, será presentado en el zócalo de la ciudad de Puebla el libro de Lydia Cacho Memorias de una infamia. Participarán, además de la autora, la prologuista de la obra Carmen Aristegui, el jurista Lorenzo Córdova y los investigadores locales María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera y Julio Glockner. Es seguro que el amplio espacio de esa plaza sea ocupado por una multitud, a pesar de los esfuerzos del gobierno local por que el hecho pase inadvertido. Como se sabe, la infamia a que se refiere el título de ese libro es la urdida por Kamel Nacif y Mario Marín para silenciar a la periodista que ha narrado su hazaña y que vuelve a Puebla en condiciones por entero distintas de las que contra su voluntad la condujeron allá el 16 de diciembre de 2005.

Por considerarlo un desafío inadmisible a su autoridad, el personal del góber precioso se ha esforzado por impedir la difusión del acto. Se ha conocido que una carta a los directores de medios les sugiere evitar que la presentación sea atendida y publicada la información que resulte, haciéndoles ver que "es un caso superado y que están haciéndole daño al gobierno y a la sociedad al darme espacio", dijo la propia Lydia Cacho, a quien privadamente se comunicó esta maniobra. También se le informó que la Secretaría de Gobernación local amedrenta al personal público para que desista de acudir a la reunión sabatina con la amenaza de que la multitud será filmada "y si se encuentra que algún empleado asistió, perderá su trabajo", añadió la autora. De modo más directo, ella se ha enterado del resultado de las presiones gubernamentales en su contra, pues fueron canceladas entrevistas convenidas con varios medios de comunicación que, como ocurre en general con la prensa de las entidades, son especialmente sensibles a los pedidos oficiales, por el peso que la publicidad gubernamental tiene en sus finanzas.

De modo más abierto aún, la empresa local que había recibido de Random House Mondadori (la editorial que lanza al mercado la obra en su sello Grijalbo) el encargo de anunciar el acto de mañana mediante un espectacular en la calle 11 Sur, lo quitó mucho antes de que feneciera el plazo contratado. Se utilizó para justificar la acción un argumento especioso: que la autoridad municipal había demandado el retiro del anuncio porque su estructura ponía en riesgo a los transeúntes. Pero ya está en el lugar del aviso desplazado otro espectacular con iguales características.

Le viene muy mal al góber...

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