PLAZA PÚBLICA / Desaparecidos en Pachuca

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Entre el 7 y el 8 de agosto, hace ya más de un mes, desapareció el agente de la policía municipal de Pachuca Salvador Juárez Coiffier, sin que se conozca su destino, y sin que al parecer haya interés en su corporación y en el Ministerio Público por indagar su paradero. Su caso, así, estaría condenado a la misma suerte del de cuatro agentes policiacos más, de los que nada se sabe después de su desaparición.

Juárez Coiffier, de 35 años de edad, había sido taxista y miembro de la policía bancaria antes de ingresar a la policía municipal de Pachuca. Ocupó el octavo lugar en una promoción de 100 elementos a los que se ofreció capacitación y su grado es de policía segundo, a cargo de una patrulla, a quien solía acompañar un escolta. Durante un tiempo estuvo a las órdenes de Marcelino Lara Pérez, comandante Mercurio en la jerga policial, que en diciembre pasado renunció a su cargo, al parecer para ingresar, o descararse, como miembro de una banda delincuencial. El 6 de abril pasado, tras un ajuste de cuentas entre narcomenudistas, y al cabo de una persecución en la ciudad de Pachuca, Lara Pérez, el ex comandante Mercurio, cayó abatido de siete balazos disparados por sus ex compañeros de corporación.

Al anochecer del jueves 7 de agosto, Juárez Coiffier conducía la patrulla 602 en la calle de Guerrero, una de las más concurridas de la parte vieja de la capital de Hidalgo, cuando se le solicitó ayuda para vigilar un establecimiento comercial cuya cortina de acero no cerraba. Puesto que debía permanecer en un sitio fijo, su escolta fue llamado a acompañar a otro patrullero. Permaneció solo en el lugar donde fue requerido y luego se retiró, tal vez obedeciendo una orden o atendiendo un llamado. Horas más tarde, la patrulla a su cargo apareció estacionada en el Parque Hidalgo, cerrada, con las pertenencias del oficial, y varios envases de cerveza, unos vacíos y otros sin consumir. Sin saber que Juárez Coiffier es abstemio, podría ser que se pretendiera sembrar indicios de que incumplía sus deberes bebiendo en horas de servicio.

Temprano el viernes, un miembro de la policía municipal buscó personalmente a Juárez Coiffier en su domicilio, aunque a esa hora no concluía todavía su turno, e hizo saber a su esposa que se había encontrado la patrulla abandonada. La señora Esmeralda Hernández Cabrera acudió entonces a la sede policiaca y el secretario de Seguridad Pública municipal, Isidoro González Blanco, le sugirió esperar 72 horas antes de denunciar la...

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