PLAZA PÃBLICA / El Congreso en marcha
| Autor | Miguel Ãngel Granados Chapa |
La toma de la tribuna en las Cámaras de senadores y diputados logró lo que sus protagonistas pretendían explícitamente: el 30 de abril concluirá el periodo de sesiones ordinarias sin incluir en su agenda el debate legislativo sobre las cinco iniciativas presidenciales en materia petrolera, y con la aceptación de una discusión nacional previa a su abordamiento en el Congreso. Pero si adicionalmente buscaban frenar el trabajo parlamentario en general, su propósito se vio frustrado, porque el martes y el jueves se reunió el pleno de cada Cámara en sedes alternas. Esa combinación de victoria y derrota debería dejar claro a los tomadores de la tribuna que esa táctica debe ser abandonada, no al final del periodo sino inmediatamente, para que el Senado sesione mañana lunes tal como ha sido programado.
Pese a las apariencias y al escándalo electrónico montado sobre ellas, no fueron capitales las alteraciones a la normalidad legislativa causadas por la toma de las tribunas. Ciertamente, quedaron interrumpidas las sesiones del jueves 10, cuando legisladores del PRD, el PT y Convergencia subieron a la tribuna en Xicoténcatl y en San Lázaro. No es infrecuente que el trabajo legislativo concluya antes de agotado el orden del día, por falta de quórum o por la irrupción abrupta de grupos de legisladores o aun de personas ajenas al Congreso. No es disculpable que se tome la tribuna. Al contrario, es un error que contradice la esencia del trabajo parlamentario y ofrece pábulo a la crítica contra el Poder Legislativo en general y los autores de la interrupción en particular. Menos justificable es la desmesura en que incurrieron los diputados aquel jueves, al cubrir la tribuna con un enorme letrero que declaró clausurado ese espacio, y el recinto de las plenarias. Pero a eso se limitó la acción, aunque hubo momentos en la semana que ahora concluye en que se temió que la interrupción de las labores legislativas se ampliara. En términos formales, el principal saldo rojo causado por la toma de las tribunas fue la cancelación de la sesión solemne del jueves 17, en que sería recibida la presidenta de la India.
El martes 15 hubo sesiones plenarias en ambas Cámaras, a despecho de quienes pretendieron impedirlas. En el Senado, la Mesa Directiva acordó trasladarse al auditorio Sebastián Lerdo de Tejada, calle de Donceles de por medio. Firmaron el acuerdo respectivo, como integrantes de aquel órgano de gobierno, miembros de los partidos que controlan la tribuna...
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