PLAZA PÚBLICA / Confusión tras el estallido

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Cuarenta y ocho horas después del estallido a las puertas de la Zona Rosa de la Ciudad de México -es decir, al comenzar la tarde dominical, momento en que se escriben estas líneas- sólo hay un resultado evidente: la confusión. No se ha podido establecer la identidad del presunto portador del artefacto que hizo explosión. No se conocía el blanco del probable atentado. Ni siquiera había claridad respecto de la participación de Tania Vázquez Muñoz, la joven gravemente lesionada que acaso era parte de una conjura cuyos contornos no han podido ser establecidos a pesar, o por ello mismo, de la participación conjunta de autoridades federales y locales, civiles y militares, en las averiguaciones del presumible atentado frustrado.

El pasmo oficial ante el estallido muestra el alto grado de vulnerabilidad de México ante ataques de ese género. En los años recientes, en el Distrito Federal se produjeron estallidos en agosto de 2001 y en noviembre de 2006. En el primer caso se detuvo a presuntos autores del atentado -el estallido de petardos en sucursales bancarias- pero ha sido imposible, pese al atroz maltrato de que han sido víctimas los acusados, comprobar su participación, al punto de que algunos de ellos han quedado en libertad. De los bombazos posteriores al proceso electoral no se ha sabido nada, como tampoco hubiera sido posible, salvo porque el Ejército Popular Revolucionario se los atribuyó, determinar el origen de los ataques a ductos de Pemex, el año pasado, en Guanajuato, Querétaro y Veracruz. Sobra añadir que ninguno de los responsables de estos estallidos ha sido identificado, y que tampoco ha podido la autoridad federal establecer el paradero de dos militantes del EPR cuya desaparición en mayo pasado alega esa organización guerrillera como causa de sus acciones violentas.

Se descartó que el estallido del viernes tuviera relación con ese grupo insurgente. El modo de operar que puede adivinarse en el frustrado ataque no corresponde a las acciones consumadas y reivindicadas por el EPR, que se realizan a deshoras y con el ánimo expreso de no causar víctimas. Notoriamente han causado alta en sus filas expertos en explosivos de alto poder destructivo que causaron graves daños materiales, directamente a las instalaciones del organismo público y de modo indirecto en la operación de cientos de empresas que padecieron pérdidas por la suspensión de los suministros de combustibles. En cambio, la maniobra en la colonia Juárez fue realizada por...

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